El nicaragüense Gilberto José Corea Robles, de 47 años, fue sentenciado a 10 años de prisión por haber matado de múltiples puñaladas en la cara a su patrón, el también pinolero, Sebastián Dávila Castellón, de 53 años, mientras tomaban licor en una finca en el distrito de Cureña, en Sarapiquí, Costa Rica.
La acusación refiere que el crimen ocurrió en septiembre del año 2020, cuando ambos ingerían licor en la finca donde el nica Gilberto Corea trabajaba como peón de Sebastián Dávila y ambos convivían en la misma vivienda donde ocurrió el hecho de sangre.
Se informó en la ocasión, que tras quitarle la vida a su jefe el homicida acostó el cuerpo en la cama ubicada al lado de la suya, pero después decidió esconderlo bajo sábanas y con un poco de ropa.
Tras percatarse de la presencia policial, Corea intentó darse a la fuga, siendo capturado cuando salía por la parte trasera de la vivienda.
Ante las pruebas contundentes, el nicaragüense negoció con la parte acusadora la rebaja de pena, consiguiendo que la condena sea de solo 10 años cárcel.