Tieso y helado como las patas de una tortuga, fue encontrado sin vida el tomador consuetudinario Héctor Ernesto López Espinoza, de 36 años, en la casa donde habitaba del portón sur de la UPOLI diez varas abajo en las Américas Número Uno.
El señor Gabriel de Jesús Quezada, de 74 años, dueño de la casa donde vivía Héctor, dijo que éste estuvo internado hace un mes en el hospital Alemán Nicaragüense donde le diagnosticaron cirrosis hepática por lo que presumen que esa fue la causa de su deceso.
Los familiares del infortunado pidieron a la Policía que el cadáver no fuera llevado al Instituto de Medicina Legal, porque estaban claros que su muerte fue por causa de la excesiva ingesta de alcohol.