La nicaragüense Anielka Bermúdez Bustos fue capturada por la policía de Costa Rica, quien la buscaba desde el 2017, para que respondiera por el secuestro de un bebé de cuatro meses de nacido, a quien mantuvo en su poder cinco días, en una vivienda de Escazú, en el año 2011.
En el 2017, Santos Martínez Gutiérrez también nicaragüense y quien al momento de los hechos, era cónyuge de Anielka, fue declarado culpable por sustracción agravada de un menor de edad, y el Tribunal Penal de Quepos y Parrita, en Puntarenas, lo condenó a 12 años de cárcel.
La relación de hechos indica que el viernes 25 de mayo del 2011, Anielka Bermúdez sustrajo al niño de cuatro meses, mientras lo cuidaba su abuela materna.
La nicaragüense era amiga de la familia del niño y se había quedado a dormir en la vivienda de ellos, lo cual aprovechó para llevarse al pequeño sin que nadie se enterara.
Luego Anielka contactó a la madre del menor y en un mensaje de texto le dijo: «Su hijo está en Panamá, no lo busque aquí, mañana salgo fuera del país”.
Tras cinco días de desaparición, el 30 de mayo de 2011, las autoridades detuvieron a la nicaragüense en una vivienda en Escazú, en donde había escondido al menor.
La captura ocurrió minutos después de que un vecino entregó el niño a las autoridades, tras convencer a la mujer para que lo devolviera.
Luego de su detención, la mujer fue liberada bajo condición mientras continuaba el proceso judicial, pero cuando le tocaba presentarse a declarar en el 2017, la mujer huyó por un lapso de cinco años, hasta que fue recapturada.
“Se espera que dentro del plazo de tres meses de prisión preventiva, se lleve a cabo el juicio en contra de la nicaragüense Anielka Bermúdez Bustos”, informó el Ministerio Público.