Los nicaragüenses Erika Hernández Valle, Clara Hernández González y los hermanos Edin y Dilma Rivera Carrión, fueron condenados a 23 años de prisión por los delitos de trata de personas con fines de explotación sexual, proxenetismo y asociación ilícita, por el Tribunal de Juicio de San Carlos, Costa Rica.
El cuarteto de pinoleros llevaba mujeres nicas a prostituirse en bares de la comunidad de La Fortuna, en el Cantón de San Carlos.
De acuerdo a la acusación, los hermanos Rivera Carrión, lideraban la banda que fue desarticulada hace exactamente un año, cuando vecinos de La Fortuna denunciaron la llegada ilegal de mujeres que eran obligadas a prostituirse en los bares Los Acostados, Los Horcones y El Tenampa.
Tras una investigación la policía allanó los bares, rescatando a 15 mujeres nicaragüenses, quienes revelaron que la banda de traficantes las había llevado a Costa Rica engañadas pues les ofrecieron trabajo como cocineras y meseras, pero luego las obligaron a prostituirse.
Según las afectadas los miembros de la banda les prometieron pagar 80 mil colones mensuales, pero una vez puestas en los bares, no les daban nada, les impedían salir, las obligaban a dormir en pocilgas y eran objeto de insultos, humillaciones y amenazas.