Una hormona de almacenamiento de la grasa llamada neurotensina podría influir en las probabilidades de que se tenga obesidad, según una nueva investigación con ratones y seres humanos.
Las personas de mediana edad con niveles altos de proneurotensina (una sustancia que usa el cuerpo para producir la neurotensina) tienen el doble de probabilidades de desarrollar obesidad en un momento posterior de la vida, en comparación con las personas con unos niveles más bajos, dijo el investigador principal, el doctor Mark Evers.
«Observamos a sujetos no obesos y encontramos que en el caso de que sus niveles de proneurotensina ya fueran elevados, entonces sus probabilidades de volverse obesos a lo largo del tiempo se elevaban significativamente», comentó Evers, director del Centro Oncológico Markey de la Facultad de Medicina de la Universidad de Kentucky.
La neurotensina (una hormona hallada en el intestino delgado y el sistema nervioso central) parece incitar a que el cuerpo almacene un exceso de grasas, señaló Evers.
Los ratones con niveles bajos de neurotensina a los que se les hizo seguir una dieta rica en grasa absorbieron menos grasa que los ratones promedios. También estaban protegidos de otras afecciones relacionadas con una ingesta alta de grasa, como un aumento en la resistencia a la insulina, encontraron Evers y sus colaboradores en los estudios de laboratorio.
«La neurotensina es un tipo de hormona ahorradora», señaló Evers. «Si se piensa desde un punto de vista evolutivo en nuestros ancestros cercanos, su comida llegaba de forma esporádica cuando podían matar a un animal cada unos cuantos días. Se necesitaban hormonas que pudieran facilitar la absorción de todas las grasas para almacenarlas, porque nunca se sabía cuándo se volvería a comer».
Al realizar más investigaciones de laboratorio con ratones y moscas de la fruta se descubrió que la neurotensina inhibe la actividad de una enzima clave que regula el metabolismo, conocida como AMPK, dijeron los autores del estudio.
Para ver si estas diferencias podrían afectar a los humanos directamente, los investigadores extrajeron sangre de más de 4,600 personas que participaron en un estudio sueco sobre la dieta y el cáncer y realizaron pruebas de la proneurotensina.
Las personas con niveles altos de proneurotensina eran más propensas a tener un índice de masa corporal (IMC, una proporción entre el peso y la estatura) más alto y una cintura de mayor tamaño, encontraron los investigadores. También tenían el doble de riesgo de volverse obesos en el futuro, en comparación con las personas con niveles más altos de proneurotensina.
Estos hallazgos indican que la neurotensina podría usarse en una prueba para predecir quién podría tener obesidad en el futuro, particularmente si comen una dieta con mucha grasa, dijo Evers. Se podría animar a esas personas a evitar la obesidad mediante la dieta y el ejercicio.
Los investigadores también podrían mantener a raya a la obesidad en algunas personas con la elaboración de un medicamento que bloquee el efecto de la neurotensina, añadió.
Los resultados del estudio aparecen en la edición en línea del 11 de mayo de la revista Nature.
La obesidad y las enfermedades relacionadas con ella son las afecciones que plantean el reto más grande para la profesión médica, afirmaron los investigadores en las notas de respaldo.
El Dr. Christoph Buettner, profesor asociado de endocrinología y diabetes en el Hospital Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, dijo que estos hallazgos «sitúan claramente a la neurotensina en el mapa de las hormonas que requieren una observación muy de cerca en la obesidad y la diabetes».
Pero los resultados son muy preliminares y es necesario que se investigue más, dijo Buettner, que no participó en el estudio.
Por ejemplo, ya hay cientos de otras proteínas y hormonas en el cuerpo que se han identificado como marcadores potenciales para la obesidad. «No está nada claro si este marcador es mejor que muchos otros marcadores asociados con la obesidad y la diabetes», dijo Buettner.
Además, los intentos por promover la pérdida de peso al bloquear la neurotensina no han resultado efectivos, señaló.
«Es justo decir que la inhibición farmacológica de esta hormona tiene un efecto muy modesto en la reducción en la obesidad», señaló Buettner. «Tampoco muestran que el metabolismo mejorara de una forma significativa».
La neurotensina podría ayudar a explicar por qué las personas obesas son más susceptibles a tener cáncer, dijo Evers.
La hormona ha estado implicada en distintos cánceres, incluyendo el de mama, de colon y el gastrointestinal, dijo Evers.
«Ahora, esta relación de la neurotensina con la obesidad nos ilusiona con respecto al hecho de que la neurotensina podría ser un vínculo potencial en toda la historia de la obesidad y el cáncer», afirmó.