El síndrome de disforia postcoital afecta tanto a hombres como a mujeres y aunque no se cataloga propiamente como una depresión causa cuadros de tristeza, vacío y mal humor justo después de finalizar una relación sexual.
Un estudio publicado en la revista International Journal of Sex Health determinó que hasta un 10 por ciento de las personas lo han padecido alguna vez en su vida y que puede llegar a durar desde unos minutos hasta varias horas.
Los científicos creen que puede ser causado por afectaciones psicológicas como la educación, la religión y hasta algún tipo de abuso sufrido.
Otros expertos apuntan que los cambios hormonales generados por los orgasmos causan dolores de cabeza. Es más hasta se atreven a explicar que cuando no se alcanza el clímax la persona es muy propensa a sentir frustración.
Esta depresión post-coito es más común de lo que se cree y nada tiene que ver con la calidad del encuentro sexual ni con el estado formal o relajado de la relación con tu pareja.
La manera de combatir este tipo de depresión es concentrarse en el sexo cuando lo estés «haciendo» y no pensar en otras cosas o preocupaciones, concéntrate en disfrutar y no padecerás el síndrome post-coito.