El Balancín: En esta postura el chico se sienta con las piernas cruzadas y se apoya con las dos manos atrás, mientras que ella se sienta encima. La velocidad y la profundidad de la penetración deben ser constantes y contenidas, aunque el ritmo debe ser más bien tranquilo.
La Milhoja: En esta postura el chico está tumbado y tú te pones encima de él haciendo pequeños movimientos. Esta pose es parecida al Misionero, pero es más excitante porque
Nirvana: Esta es una de las poses más románticas del Kamasutra. Todo lo que tienes que hacer es recostar tu espalda y dejar que él se tumbe sobre ti haciendo que rodee tu cuerpo con sus piernas. Pídele a tu chico que enrede sus dedos en tu pelo mientras le besas.
El candado: Todo lo que tienes que hacer es recostar tu espalda y dejar que él se tumbe sobre ti haciendo que rodee tu cuerpo con sus piernas. Pídele a tu chico que enrede sus dedos en tu pelo mientras le besas.
Ascensión a la lujuria: Es parecida a la postura anterior porque ambas se realizan fuera de la cama, pero en esta el chico será el único encargado de sostenerte.
Contra la pared: Si con la postura anterior acabáis exhaustos, déjale descansar un rato sobre la pared. Tendrás más fuerza si pones tus piernas en ángulo recto contra la pared y te das impulso con ellas para subir y bajar mientras él te ayuda desde abajo. Trabajen juntos para conseguir una sesión de sexo mucho más rítmica, romántica y sensual.
El molde: Es como la cucharita cuando duermen pero mejor. Aunque esta postura no permita el contacto visual, tu chico puede besar tu cuello y susurrarte cosas románticas al oído. Esto te proporcionará una sensación de sumisión que puede ser muy divertida.
El momento Zen: Repite la postura anterior pero esta vez dándote la vuelta de manera que tú pareja y tú os miréis directamente a los ojos. Rodéale con la pierna que tengas en el exterior y para ser tú la que ahora domine la situación.
Inspiración oriental: De repente deberán ser más flexibles, pero si lo intentan quizá lo disfruten Quizás necesites una pareja flexible para esta postura, pero si lo conseguís, los dos disfrutaréis muchísimo. La técnica es: él se sienta en la cama y tú te tumbas con las piernas y tu cintura sobre él mientras que se encarga de traerte y de alejarte de sí.
Rodillas enfrentadas: Para esta postura debes dejar las pantorrillas en el suelo, entrelazarlas y rodear con los brazos a tu pareja. Esta posición puede ser muy sexy ya que estarán mirándose fijamente todo el tiempo y las manos estarán libras para ser acariciándose.