Tradicionalmente se afirma que las personas «saludables» van al baño a hacer sus deposiciones después de cada comida, es decir unas tres veces al día, sin embargo esta cifra no es la más acertada.
Expertos en la materia señalan que una persona padece estreñimiento cuando tiene tres o menos evacuaciones por semana y además sufren un dolor intenso en ese momento. Increíblemente el intestino humano tiene la capacidad para almacenar hasta 10 kilogramos de materia fecal ¡Wow!.
Se considera normal que una persona vaya al baño hasta dos veces por día, incluso si lo hace una vez; sin embargo esta cantidad puede variar por cada individuo pero lo saludable es que siempre debe ser una rutina es decir defecar más o menos a la misma hora por día.
¿Cuáles son los factores que afectan la frecuencia con que vamos a «pupusear»?
Beber Líquidos: El intestino grueso absorbe el exceso de agua por lo que no beber suficiente líquidos puede provocar que se endurezca al excremento y hacer que sea más difícil de eliminar.
La Edad: El estreñimiento se asocia con el envejecimiento humano pues causa que el intestino disminuya su velocidad de procesamiento de las deposiciones. Incluso la ingesta de algunos medicamentos puede afectar los hábitos para defecar.
El ejercicio: Mantenerse activo ayuda a que el colon funcione mucho mejor y mueva las heces a través de los intestinos de manera más eficiente. Las personas que padecen estreñimiento o digestión lenta deben salir a caminar o a correr para ayudar con ese «problema».
La dieta: Una dieta con abundante fibra (verduras, cereales, frutos secos y legumbres) ayudará a que vayamos al baño más regularmente. Por el contrario la ausencia de fibra en la dieta provocará estreñimiento u otros problemas de digestión.