La leche materna le brinda al bebé anticuerpos y microbios que fortalecen el incipiente sistema inmunológico del recién nacido.
Los anticuerpos presentes en la leche materna interactúan con el sistema inmunológico del bebé para ayudarle a formar respuestas inmunes a lo largo de su vida estableciendo límites y un balance entre los microbios benignos y el infante.
Si este balance se rompe o es muy débil puede resultar en condiciones inflamatorias crónicas incluyendo la enfermedad de Crohns y Colitis ulcerosa.
Los anticuerpos específicos que se encuentran en la leche materna promueven la coordinación entre el sistema inmunológico del bebé y las bacterias benignas que actúan para detener los procesos inflamatorios.
El estudio provee evidencia real que la leche materna es importante para la salud de los neonatos, aseguró su principal autor Meghan Koch de la Universidad de California-Berkeley.
Alimentar con el seno materno ayuda a instruir el sistema inmunológico del recién nacido para como responder apropiadamente a bacterias benignas, muchas de las cuales vivirán en el futuro con su huésped, añadió Koch en un artículo publicado en el Períodico Cell.
Cuando uno nace inmediatamente estamos expuestos a las bacterias del mundo exterior. El cuerpo aprende a tolerar muchas bacteria y su relación se convierte en mutuo beneficio ya que estas bacterias benignas ayudan al proceso digestión y previenen las infecciones y mejoran la función inmune del ser humano.