Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU compararon los efectos de ambas dietas y advirtieron modificaciones en las respuestas bioquímicas, celulares, metabólicas e inmunes. De qué se trata cada una, de acuerdo a un experto consultado por Infobae
Pese a la difusión que se ha dado a distintos tipos de alimentación, lo cierto es que existe una información limitada sobre el impacto que tienen en el sistema inmunológico. Es que aquello que comemos afecta de distintas formas a los procesos fisiológicos, por lo que los expertos buscan desentrañar esta relación para desarrollar intervenciones nutricionales terapéuticas. En ese sentido, un reciente estudio realizado por expertos de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH por sus siglas en inglés) podría develar estos aspectos.
En esta oportunidad, se centraron dos tipos de alimentación: cetogénica y vegana. El objetivo, según indicaron en la publicación en Nature Medicine, era conocer “el impacto de una intervención dietética tanto en la inmunidad como en la microbiota”.
“La nutrición afecta a todos los procesos fisiológicos, incluidos los que regulan nuestro sistema inmunológico. El vínculo entre la nutrición y la inmunidad del huésped representa una oportunidad importante para desarrollar intervenciones nutricionales terapéuticas en el contexto de diversas enfermedades, como el cáncer o los trastornos inflamatorios crónicos”, argumentaron los investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de los NIH y del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK) de la Unidad de Investigación Clínica Metabólica del Centro Clínico de los NIH.
Al tiempo que resaltaron que, en investigaciones anteriores, “una dieta vegana o vegetariana baja en grasas se ha asociado previamente con una disminución de la inflamación, un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y una reducción de la mortalidad general”, mientras que “las dietas altas en grasas y muy bajas en carbohidratos (comúnmente denominadas dietas cetogénicas) se han asociado con una reducción de los síntomas en tipos definidos de epilepsia y una reducción de la neuroinflamación”, pero aún restaba conocer su impacto en el sistema inmune.
“La alimentación cetogénica consiste en la restricción de hidratos de carbono para promover el uso de grasas como energía y generar cetosis, lo que reduce hambre”, explicó a Infobae el doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. En ese sentido, destacó que, entre las ventajas de adoptar este dieta, se encuentran que “reduce la insulina, disminuye la presión arterial, eleva el colesterol HDL (bueno) e, incluso, ayuda en convulsiones para algunos pacientes con epilepsia y algunos tipos de cáncer, por citar algunos ejemplos”.
Al tiempo que resaltó que la alimentación basada en plantas “dependiendo del tipo, alienta el consumo de plantas y desalienta los alimentos de origen animal. Siendo que, entre las ventajas, se enumeran una acción antioxidante y antiinflamatoria, la protección de la salud cardiovascular”.
Para conocer el impacto de estos tipos de alimentación, los científicos monitorearon de cerca varias respuestas biológicas mediante un ensayo clínico con 20 participantes (de diverso origen étnico, raza, género, índice de masa corporal (IMC) y edad), los cuales consumieron “secuencialmente dietas veganas o cetogénicas durante 2 semanas”, de forma aleatoria, para luego evaluar “el impacto de cada dieta y cambio dietético en la inmunidad del huésped y la microbiota”.