Un estudio reciente publicado en la revista eBioMedicine reveló que los niños expuestos al virus del Zika durante la gestación podrían sufrir daños a largo plazo en su sistema inmunitario, incluso si no presentan los defectos congénitos comúnmente asociados con la enfermedad.
Aunque se sabe que el virus del Zika puede causar microcefalia, discapacidades cerebrales y otros defectos congénitos en un pequeño porcentaje de niños cuyas madres se infectan durante el embarazo, este estudio sugiere que un porcentaje mucho mayor, hasta el 95%, podría verse afectado de manera sutil pero significativa.
Los investigadores analizaron muestras de sangre de niños recién nacidos y de dos años cuyas madres contrajeron el Zika durante el brote de 2015 en Brasil.
Los resultados mostraron niveles elevados de inflamación incluso dos años después de que la infección hubiera desaparecido, así como alteraciones en la producción de células inmunitarias que afectan la respuesta a las vacunas infantiles.
Estas alteraciones podrían dejar a los niños vulnerables a enfermedades como la difteria, el tétanos y la tos ferina, según los investigadores.
Lo más preocupante es que estos problemas inmunitarios no se relacionaron con ningún síntoma físico o neurológico evidente, lo que dificulta su detección temprana.
El equipo de investigación está trabajando para comprender los mecanismos por los cuales el virus del Zika causa estos cambios en el desarrollo inmunológico, con la esperanza de encontrar formas de bloquear o revertir sus efectos.