Hace 44 años eran unos pocos, hoy somos miles. No somos inteligencia artificial, somos hombres y mujeres, de todos los estratos sociales, de todos los credos que conformamos la inteligencia sin filtros, sin lentes oscuros, pero con capacidad para ubicar al emisor de la sombra y al que mueve tras bastidores a los ventrílocuos y titiriteros.
No tengo la menor duda que hace 44 años que se fundó el Ministerio del Interior este estaba integrado por hombres y mujeres audaces, capaces, con una gran mística y amor por la patria y su revolución, inspirados quizá por el valiente y legendario «Gato Colindres» uno de los 30 soldados del General Sandino quien según la leyenda se disfrazaba de gato, de espadillo y hasta de manojo de sácate, para no ser blanco ni presa fácil del enemigo.
La sabia decisión del Comandante Daniel de presentar la iniciativa de Ley, con la que se restituye el nombre original, implica volver a sus raíces históricas, a la mística revolucionaria y a la cohesión organizativa.
Esto nos hace más fuertes, más combativos más eficientes. Pienso que el Comandante Tomas Borge y el Comandante Guerrillero Walter Ferretti «Chombo» deben estar muy contentos con esta decisión.
Vivimos nuevos tiempos, con nuevos desafíos. El enemigo también se moderniza y se actualiza, pero contra el amor y la cohesión por la patria no podrán. Nuestra misión hoy mañana es ser ojos y oídos de la Revolución.