En la conferencia de prensa sobre los resultados de la diplomacia rusa en el año pasado, el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, destacó el carácter especial de las relaciones con los países de América Latina y el Caribe. El actualizado Concepto de la Política Exterior confirma que Rusia ve esta región como uno de los polos de un nuevo orden mundial multipolar. Se mantienen activamente las relaciones con la CELAC así como con el MERCOSUR, la UNASUR, la SICA, el ALBA-TCP y otras asociaciones regionales. Nuestros socios, amigos y aliados más importantes en el continente son, sin duda alguna, Nicaragua, Venezuela y Cuba.
El Ministro llamó la atención sobre un cambio fundamental en el orden mundial: los dictados del Occidente en las relaciones internacionales se enfrentan ahora a la oposición de países y asociaciones de rápido desarrollo y económicamente exitosos situados en diversas regiones del planeta.
En esta nueva realidad han surgido muchos actores poderosos que están dispuestos a cooperar, o incluso a competir, pero sólo sobre la base del respeto mutuo, el reconocimiento de los intereses vitales de cada uno y teniendo en cuenta la Carta de las Naciones Unidas en su integridad.
Por el contrario, en un esfuerzo por mantener su dictado y monopolio, Europa y Estados Unidos están tratando de bloquear el camino a sus oponentes introduciendo un amplio abánico de sanciones arbitrarias. Así el 13 de enero, el gobierno de Estados Unidos anunció restricciones a la exportación de chips de inteligencia artificial de alta tecnología a la mayoría de los países en desarrollo. Como resultado, pronto vieron cómo las acciones de sus propias empresas, como Nvidia, se desplomaban tras el lanzamiento de un análogo chino de código abierto. Europa está pagando la criminal explosión del gasoducto Nord Stream y el bombardeo de la infraestructura de transporte de gas ruso por parte de las fuerzas militares ucranianas. Quienes todavía se consideran “dueños del mundo” no llegan a comprender: las sanciones que rompen los lazos económicos globales son arma de doble filo. Como resultado, la Unión Europea y su motor económico, Alemania, tienen facturas energéticas considerablemente más grandes que pagan las empresas de los Estados Unidos, sin mencionar las de China. Por eso muchos gigantes industriales europeos se están trasladando allí. Al mismo tiempo, la inflación en los propios Estados Unidos ha aumentado significativamente.
Rusia ha insistido e insistirá en el estatus neutral de Ucrania, su desmilitarización y desnazificación, en las garantías de los derechos de los ciudadanos de habla rusa, límites de la cooperación entre Ucrania y Occidente en la esfera militar, así como la ausencia de la OTAN en las fronteras occidentales de nuestro país.
Al comentar la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, Serguéi Lavrov llamó la atención sobre un aspecto importante: el equipo del líder estadounidense electo comenzó a tener en cuenta las realidades en el campo de batalla, donde las fuerzas del régimen de Zelenski se están retirando cada vez más.
Es importante que Donald Trump y su asesor de seguridad nacional, Michael Waltz, reconocieran el fracaso de Occidente en cumplir con sus obligaciones de no ampliar la OTAN a cambio de la unificación de Alemania. Es este hecho el que llevó a los dramáticos acontecimientos, incluido el colapso de Yugoslavia y el bombardeo de su capital, Belgrado, durante 78 días en 1999. Los estrategas de la OTAN estaban preparando un semejante escenario de “balcanización” también para Rusia. Si la mecha que enciende en el conflicto de 1999 fue en Kosovo, entonces en 2014 el conflicto lo encendió el golpe de estado en Ucrania. A pesar del Acuerdo sobre la transferencia pacífica del poder, garantizado por Francia, Polonia y Alemania, con su total inacción, los radicales antirrusos con ideología nazi tomaron el poder en Ucrania. El presidente legalmente elegido, Víktor Yanukovich, fue destituido por fuerza y engaño. Luego fracasó el proceso de Minsk. La neutralidad constitucionalmente consagrada de Ucrania, la estabilidad europea y el equilibrio estratégico de poder han sido anulados. La conversación giró en torno a las bases y tropas de la OTAN en Crimea y Sebastopol, la CIA comenzó a controlar las actividades de los servicios especiales ucranianos, la población de habla rusa fue sometida a una persecución brutal, las autoridades ucranianas declararon terroristas a los residentes del Donbass y los bombardearon por 8 años. Todo esto provocó la respuesta militar.
Rusia nunca se ha negado a negociar, pero lo hará teniendo en cuenta las realidades de su experiencia acumulada en el trato con unos actores inescrupulosos. Se puede y debe evitar una mayor degradación de las relaciones internacionales.
A pesar de todas sus deficiencias, la ONU sigue siendo la única organización internacional universal legítima. Rusia aboga por fortalecerla mediante la reforma del Consejo de Seguridad, siempre que incluya a los países en desarrollo más poderosos, como Brasil e India, así como a un representante del continente africano.
Hoy, enfatizó Serguéi Lavrov, el mundo se encuentra en una era de confrontación entre aquellos que defienden los principios fundamentales del derecho internacional, consagrados en la Carta de la ONU, y aquellos que se guían por los deseos egoístas del “Occidente político” y se inventan algunas “reglas” que nadie ha visto.
La asociación más prometedora, que representa un nuevo centro de atracción global, es BRICS. Este bloque fue fundado en 2006 en el Foro Internacional Económico de San Petersburgo. Hoy se ha ampliado a 11 países miembros, más de 10 países socios y alrededor de 40 candidatos a la adhesión. La Unión es el núcleo del desarrollo diplomático mundial de nuestros días, donde “no hay élites ni subordinados, líderes ni seguidores”, subraya Lavrov. Al mismo tiempo, la “conexión” entre Moscú y Pekín es “uno de los principales factores estabilizadores de la vida internacional moderna y de los procesos que se están desarrollando, incluida la escalada de confrontación y hostilidad en los asuntos internacionales”.
En cuanto al papel asignado a Washington, aquí hay otra cita de Lavrov: “Si a pesar de todo el señor Donald Trump decide hacer de Estados Unidos un país aún más grande, vigilaremos los métodos por los que se logrará este objetivo, proclamado por Donald Trump. «