Con diversas actividades realizadas en León y Managua, el pueblo nicaragüense conmemoró este jueves los 61 años de que el poeta Rigoberto López Pérez, marcó el principio del fin de la dictadura somocista, tras lo cual ofrendó su vida para lograrlo.
Pascual Rigoberto López Pérez nació el 13 de mayo de 1929 en León, y el 21 de septiembre de 1956, le realizó cinco disparos al dictador Anastasio Somoza García, de 60 años, durante una fiesta en la Casa del Obrero en la ciudad de León.
En ese mismo instante, aquél chavalo valiente, recibió una lluvia de balas que lo dejaron inerte en el suelo, muriendo en el lugar. Según se cree, recibió 54 impactos de bala que le desfiguraron su cuerpo, en tanto el dictador murió después de un hospital de la ciudad de Panamá.
Pocos días después, su mamá dijo que su hijo Rigoberto quería morir con la bandera de Nicaragua, azul y blanco en su cuerpo.
Rigoberto López Pérez había planificado ajusticiar a Somoza García un 14 de septiembre, cuando Nicaragua conmemoraba los cien años de la Batalla de San Jacinto, pero una amiga que lo acompañaba se atemorizó y todo quedó en planes.
Al conmemorarse este nuevo aniversario de su paso a la inmortalidad, miembros de la Juventud Sandinista, Federación de Estudiantes de Secundaria y los alumnos del Instituto Público Rigoberto López Pérez de Managua, depositaron ofrendas florales en el monumento de la rotonda universitaria
Milton Ruiz, coordinador de la juventud, dijo que esa lucha de amor por su patria, es recogida por cada una de las personas que están comprometidas en cuidar la paz y democracia que vive el país.
«Hoy estamos recordando a este héroe nacional que ofrendó su vida para que todos viviéramos en paz», manifestó este líder de la juventud nicaragüense.