La Plaza de la Revolución se llenó de la presencia de Dios durante la jornada de oración realizada por las familias capitalinas junto al Pastor Jorge Rashke, quienes con mucha fe y amor unieron sus voces para declarar paz y prosperidad para la nación, la cual enfrenta momentos difíciles que han llenado de tristeza y dolor al pueblo.
A pesar de la fuerte lluvia que cayó en el sitio, el clamor no se detuvo, la fe y fuerza de voluntad del pueblo creyente se impuso en todo el sitio donde más de uno lloró y dio gritos de júbilo al sentir la presencia del creador, quien no desampara a quienes con amor le claman por la estabilidad y la tranquilidad del país.
El pastor Rashke destacó que la humillación que ha tenido el pueblo ante Dios y la lucha espiritual que hoy libran en contra de las fuerzas del mal permitirá que Nicaragua vuelva a ser el paraíso terrenal en el que todos puedan verse y amarse como hermanos.
“La palabra de Dios en el libro de San Mateo dice; que la maldad no sale sin oración y ayuno, revelando Cristo la maldad y la opresión que no se puede vencer con armas carnales, sino con armas espirituales. Esta es una lucha espiritual la que hoy vive Nicaragua, esta no es una lucha contra sangre y carne, sino contra principados y potestades de las tinieblas”, refirió.
El religioso se refirió a la virtud del pueblo creyente, quien ha puesto su confianza en Dios a través de la oración, la que traerá resultados positivos como la paz que hoy tanto necesitan las familias nicaragüenses.
“Debemos de tener discernimiento y no permitir que aquello que vemos en la televisión y los periódicos y que siembra la división y el odio en el pueblo la debemos de reprender a través de la oración, del ayuno y la obediencia. Todos debemos de humillarnos ante Dios, clamarle y pedirle por la paz porque esa es la solución al conflicto”, refirió.
“Vienen momentos difíciles para esta nación, pero la fe los hará resistir, recuerden hermanos que toda noche oscura finaliza con un nuevo amanecer y eso se verá en Nicaragua, Dios bendiga a este pueblo, a sus gobernantes y a todas las familias”, añadió.
Las alabanzas no se hicieron esperar durante el acto de fe en el que ancianos y jóvenes se unieron y juntos expulsaron de suelos nicaragüenses los espíritus de maldad, odio y muerte que han provocado divisiones en las familias y comunidades.
“Dios nos manda a clamar, es un Dios con dominio en los cielos y la tierra y es quien nos dará lo que con fe le pedimos, él es príncipe de paz y eso lo traerá a nuestro país. En el mundo tendremos aflicciones, pero quienes confiamos en él tendremos consuelo y victoria”, dijo Byron Gutiérrez.
“Hoy vine con fe a pedirle a Dios una nueva oportunidad, no queremos guerra, ni destrucción, por eso en ayuno hemos venido a ponernos en sus manos para que sea él quien nos devuelva esa paz que tanto necesitamos. Dios nos va a cumplir porque en él confiamos y es nuestro juez y abogado”, subrayó Cristina Cortes.
El pastor Jorge Rashke expresó que pronto volverá a Nicaragua para continuar clamando por la paz y la buena andanza de los nicaragüenses, quienes han demostrado ser un pueblo de fe y de amor.