El Teatro Nacional Rubén Darío, en nombre del Gobierno de Nicaragua, celebró un homenaje cultural en ocasión del 91 natalicio del gran artista Otto de la Rocha, quien nos dejó físicamente, pero que su legado perdura por siempre.
A este homenaje se sumaron el Movimiento Cultural Leonel Rugama, el Instituto de las Culturas de Pueblos y Juventudes, la Escuela Nacional de Danza Adán Castillo, agrupaciones de folclore, la Camerata Bach, la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua.
«Estamos celebrando el 91 cumpleaños de nuestro trovador, de nuestro cantor del pueblo como fue Otto de la Rocha. En fin es una combinación de este homenaje con artistas nuestros, artistas comprometidos como fue don Otto. Es muy difícil que la memoria histórica de nuestro pueblo olvide a don Otto porque lo tenemos en los niños de nuestros coros, en los niños de nuestras orquestas, lo tenemos en toda esa legión de artistas que estamos preparando desde las diferentes instituciones», aseguró el director del Teatro Nacional Rubén Darío, Ramón Rodríguez.
«Recordemos que don Otto fue un cantor del pueblo, que le cantó y le compuso al pueblo, todas sus canciones reflejan justamente las vivencias de nuestro pueblo, las picardías y las ocurrencias que tenía don Otto de la Rocha. Todas sus canciones siguen estando en nuestros corazones y es nuestra obligación como institución seguir promoviendo temas como la famosa La pelo’e maiz, Managua Linda Managua. Y este homenaje es una pequeña muestra de todo lo que él hizo por la cultura», aseveró Rodríguez.
A este homenaje no podía faltar su familia. Su esposa Georgina Valdivia y su hijo Gabriel de la Rocha, quienes emocionados expresaron su agradecimiento por todos los homenajes que se han desarrollado en el país.
«Nos hemos quedado anonadados al ver estas muestras de cariño. Como familia teníamos previstos que los primeros dos años no hacer nada para guardar un poco de luto, sin embargo, hoy ha sido impresionante ver el cariño que le tiene el pueblo de Nicaragua a mi papá. Estamos muy agradecidos con el gobierno y con toda la gente que lo quiere a él, con la radio que fue donde él estuvo tanto tiempo y puedo decir que era su segunda casa todas las mañanas», afirmó Gabriel, quien guarda un parecido impresionante con su papá.
Al conocer de este homenaje mucha gente no quiso perdérselo, entre ellas, el señor Pedro Blanco, quien reconoció ser fanático de las historias llenas de humor y picardía que contó todas las mañanas y los mediodías el gran artista Otto de la Rocha, a través de su programa radial Palomita Mensajera y Lencho Catarrán.
«Crecí escuchando esos programas todas las mañanas cuando era niño y después en mi vida adulta al alistarme para ir al trabajo y cómo no estar aquí si ese hombre fue único para Nicaragua y no hay nadie que lo iguale en su humor, en su talento, porque no sólo fue un cantante sino también un actor y mucho más», dijo Pedro.