El Reverendo Omar Duarte, del Ministerio Ríos de Agua Viva, calificó como una medida de Buena Voluntad la decisión del Gobierno Sandinista de otorgar el régimen de convivencia familiar a más de 8 mil privados de libertad que cometieron delitos leves y condenados con penas iguales o menores a cinco años.
«En primer lugar esta es una bendición para las familias nicaragüenses, cuando el gobierno toma una decisión así, es una decisión humanitaria, es una decisión cristiana y una decisión por el bien de la familia», dijo Duarte, al señalar que los beneficiados con esta decisión en los últimos dos años, tienen derecho a una segunda oportunidad.
Dijo que la comunidad evangélica está muy complacida, dado que constantemente visitan las cárceles y conocen de ciudadanos que han mostrado estar arrepentidos y por tanto requieren ser apoyados.
«Esto va ayudar a unificar a la familia y a que la familia entienda que Dios siempre da una oportunidad para mejorar, para cambiar. Aquí hay una unidad de padre, de hijo, de esposo, de esposa y esto es una bendición para la familia, nosotros aplaudimos esta decisión», expresó el líder evangélico.
Instó al gobierno y a sus autoridades a seguir trabajando por el Bien Común y por el fortalecimiento de la unidad familiar.
«Nosotros tenemos un ministerio en la cárcel Modelo y atendemos cuatro veces al mes y nos damos cuenta que esto es una medida bien acertada y creo que el pueblo lo va a recibir con mucho agrado».
Puntualizó que con esta decisión se hace realidad la palabra de Cristo en la que pide la unidad familiar.
«Todo esto viene a abonar a la buena andanza de la familia, es una decisión muy buena. Yo pienso que todo el mundo tiene derecho a una oportunidad, Jesús lo dijo cuando todo el mundo acusaba a la mujer adúltera y la defendió diciendo que el que esté libre de pecado tire la primera piedra y desde los menores hasta los mayores botaron las piedras y se dieron cuenta que todo mundo tiene derecho a una segunda oportunidad», señaló.
Finalizó diciendo que muchos en la cárcel encuentran a Cristo y se han aferrado a Él para una nueva vida de transformación.