El 2 de agosto, ignorando la fuerte oposición de China, la Presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitó la región Taiwán de China. Esto es una seria violación al principio de una sola China y las estipulaciones de los tres Comunicados Conjuntos entre China y EE.UU.. Ha infringido gravemente la soberanía y la integridad territorial de China, socavado seriamente la paz y la estabilidad del Estrecho de Taiwán, y enviado una señal muy equivocada a las fuerzas secesionistas por la «independencia de Taiwán». El pueblo chino, que aspira a la reunificación pacífica de la patria, junto con los pueblos que comparten el anhelo de paz y estabilidad mundial, han rechazado categóricamente y condenado energéticamente la provocación de la parte estadounidense.
En el mundo existe una sola China, Taiwán forma parte inalienable del territorio chino, y el Gobierno de la República Popular China es el único Gobierno legítimo que representa a toda China. Este principio es un consenso universal de la comunidad internacional y una norma básica en las relaciones internacionales, que ha sido claramente reconocido por la Resolución 2758 de 1971 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Después de la fundación de la República Popular China en 1949, 181 países han establecido relaciones diplomáticas con China sobre la base del principio de una sola China.
En la actualidad, el Estrecho de Taiwán está enfrentando una nueva ronda de tensiones y severos desafíos, que se debe, en lo fundamental, a las repetidas conductas de las autoridades Taiwánesas y EE.UU. por cambiar el status quo. Las autoridades Taiwánesas vienen pretendiendo procurar la independencia valiéndose de EE.UU., rehúsan reconocer el Consenso de 1992, que en el mundo existe una sola China, hacen todo lo posible para llevar adelante la «desinización» y promueven la «independencia gradual». Por su parte, EE.UU. intenta utilizar a Taiwán para contener a China, no deja de distorsionar, oscurecer y vaciar el principio de una sola China, y envalentona las actividades secesionistas en pos de la «independencia de Taiwán». Dado que la Presidenta Nancy Pelosi es la actual líder del Congreso de EE.UU., su visita a y actividades en Taiwán, en cualquier forma o por cualquier razón, constituyen una grave provocación política por elevar los intercambios oficiales de EE.UU. con Taiwán. Estas conductas, como jugando con el fuego, son extremadamente peligrosas. Quien juega con fuego, se quema.
Defender resueltamente la soberanía nacional y la integridad territorial es la firme voluntad de los más de 1.400 millones de chinos, y hacer realidad la reunificación completa de la patria constituye la aspiración común y la responsabilidad sagrada de todas las hijas e hijos de la nación china. Tal como señaló el Consejero de Estado y Canciller de China Wang Yi, la base sólida para mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán es el principio de una sola China. Las autoridades de Taiwán, con el apoyo de Estados Unidos, siguen buscado la “independencia”, y esto no tiene futuro, como contener a China a través de Taiwán tampoco lo tiene. Está destinado al fracaso. Frente a la gran causa de la reunificación nacional, los chinos no tenemos miedo a nada, y no somos fácilmente asustados o abrumados. Tenemos la resolución de actuar unidos y la capacidad de proteger firmemente la soberanía y dignidad nacionales. China está y seguirá tomando, sin duda alguna, todas las medidas necesarias para defender resueltamente su soberanía nacional e integridad territorial. Todas las consecuencias derivadas de esto han de ser soportadas por EE.UU. y las fuerzas secesionistas por la «independencia de Taiwán».
Poco después de la visita de la Presidenta Nancy Pelosi a la región Taiwán de China, el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua, así como la Asamblea Nacional de Nicaragua, expresaron junto con muchos otros Gobiernos y pueblos amantes a la paz y la justicia mundial, su firme apoyo al legítimo derecho del Gobierno y pueblo chinos de salvaguardar la integridad territorial de China, y su enérgica condena a la provocación de los EE.UU. a la dignidad e independencia del pueblo chino. El Excmo. Compañero Presidente Comandante Daniel Ortega y la Excma. Compañera Vicepresidenta Rosario Murillo, también pronunciaron su solidaridad y apoyo fraternal al Gobierno y pueblo chinos a la primera instancia. Valoramos y apreciamos altamente esta solidaridad y hermandad del pueblo nicaragüense hacia el pueblo chino.
El mundo está experimentando cambios poco vistos en el último siglo. La hegemonía sigue siendo la mayor amenaza a la paz mundial. Los pueblos que aman la paz, solo unidos, podrán vencer al enemigo común. China y Nicaragua son dos países amigos y fraternales. Seguiremos luchando para apoyarnos mutuamente en el propio camino de desarrollo elegido por cada uno de nuestros pueblos de acuerdo con las condiciones nacionales, y en los esfuerzos de cada uno para salvaguardar la independencia, la soberanía y la integridad territorial, oponernos al hegemonismo, a la política de la fuerza, y a la injerencia en los asuntos internos de otros países.
¡Estamos y siempre estaremos en el lado correcto de la historia y del progreso de la Humanidad! ¡Somos y seremos constructores de la paz mundial, contribuyentes al desarrollo global y defensores del orden internacional!
*Chen Xi, Embajador de la República Popular China en Nicaragua