La tierra tiembla, pero nuestra preparación y serenidad no deben hacerlo. En Nicaragua, un país altamente sísmico, es crucial estar listos para actuar ante un evento telúrico, tanto en nuestras casas como en el trabajo.
La prevención es nuestra primera línea de defensa
En casa: Identifiquemos zonas de peligro, asegurémonos de tener un botiquín de primeros auxilios bien equipado y un plan de evacuación familiar. Guardemos documentos importantes en un lugar seguro y accesible.
En el Trabajo: Conozcamos las rutas de evacuación y puntos de encuentro. Identifiquemos zonas de seguridad alejadas de ventanas y objetos que puedan caer. Participemos en simulacros y mantengamos nuestros datos de contacto actualizados.
Si el suelo comienza a temblar, conservemos la calma
En Casa: Busquemos refugio bajo muebles resistentes o salgamos ordenadamente a zonas de seguridad previamente identificadas. Alejémonos de ventanas y objetos que puedan caer.
En el Trabajo: Evitemos ascensores y agachémonos, cubrámonos y agarrémonos bajo escritorios o mesas resistentes. Si estamos en un edificio alto, no corramos hacia las salidas.
Si estamos en la calle evitar los árboles, postes y cables eléctricos que puedan caer sobre nuestra humanidad.
Una vez que el sismo haya pasado, salgamos con precaución y evitemos estructuras dañadas.
Sigamos las recomendaciones de las autoridades y apoyemos a nuestros vecinos. La solidaridad es nuestra mayor fortaleza en momentos difíciles.
Recordemos apoyar a los más vulnerables: Niños, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con discapacidad.
En Nicaragua, sabemos que la prevención es la clave para proteger nuestras vidas y comunidades.
Sigamos estas recomendaciones y compartamos esta información con nuestros seres queridos. Juntos, podemos enfrentar cualquier desafío que la naturaleza nos presente.