Desde hace 18 años, el día de doña Felipa del Rosario Orozco Treminio, de 58 años de edad, comienza a las 4 de la mañana, con la encendida de la leña del cocinero y comenzar la venta de moronga, tortillas y nacatamales.
Orgullosa y con vos firme, Felipa, comparte que gracias a este trabajo profesionalizó a sus cuatro hijos, dos de ellas, en Administración de Empresas y en Turismo y Hotelería, y en tercer año de Derecho, a otro de sus muchachos.
Con sus manos robustas y rostro de leve sonrisa, afirma que diario palmea y vende hasta 900 tortillas, prepara y comercializa 240 sabrosas moronga, y de viernes a domingo vende 100 nacatamales.
La ejemplar madre Felipa del Rosario, quien habita en el barrio Cristo del Rosario, dice que está separada de su esposo desde 5 años, y que eso no le resta para sacar adelante a sus hijos y ayudar a sus nietos.
Felipa, quien es muy conocida por sus vecinos, dice que ella, nunca fue a la escuela por dedicarse a las labores del campo, en su natal Ciudad Darío, Matagalpa, pero que está clara que la educación es importante para salir de la pobreza, y las madres deben ser las principales en insistir en los hijos estudien y salgan adelante.