Cientos de diriambinos exigieron al párroco César Castillo, de la Basílica Menor de San Sebastián, que entregue las armas que usaron los delincuentes que aterrorizaron en los últimos meses su municipio; las cuales están escondidas en ese templo católico.
Los civiles exigieron a «grito partido» que abrieran las puertas de la iglesia y que el padre diera la cara para rendir cuentas por su participación en la desestabilización, los tranques, el asedio a las familias así como varios crímenes y delitos en contra del pueblo nicaragüense.
Hasta el domingo pasado la población diriambina estuvo secuestrada por este grupo de criminales quienes secuestraron a todos los pobladores, provocando varios muertos y heridos.
Este domingo Diriamba amaneció liberada y ahora la población exige Justicia y Paz.