El representante del Papa Francisco y Embajador de la Santa Sede en Managua, Nuncio Apostólico, Monseñor Fortunatus Nwachukwu, se despidió del pueblo nicaragüense con un tierno mensaje de Fe, Amor y Esperanza, al presidir una Misa de Acción de Gracias, celebrada este domingo en Catedral Metropolitana.
El Nuncio Apostólico, quien este lunes 29 de enero deja Nicaragua, presidió esta misa especial, junto a Su Eminencia Cardenal Leopoldo Brenes, en ocasión a la conclusión de su misión de cinco años como representante del Vaticano en Managua.
“Me gusta recordar que la despedida es una cosa normal de nuestra vida. La despedida es la separación. Yo digo que nuestra vida es un proceso, es un camino de separaciones y abrazos”, manifestó emotivo Fortunatus, en la antesala de su homilía.
Agradece acogida del Gobierno y sector privado
Reflexionó que la separación es un acto de despedida que también genera esperanza. Y por tanto, agradeció a Dios quien le dio la gran oportunidad de llegar a este país, separándose de los amigos y familia, para llegar a abrazar al pueblo nicaragüense.
“Saludo al pueblo nicaragüense, nuestros católicos, todas aquellas personas que me han acogido. En primer lugar los Obispos, al Gobierno, con sus instituciones. Todos los que han colaborado conmigo en mi trabajo; varios amigos del sector privado”, refirió el religioso.
Se despidió a su vez de los Monasterios, los cuales, indicó merecen una mención particular: Las Carmelitas, Las Clarisas de Darío, Managua, Chinandega y de Granada. Las trapenses de Chontales, y Las Contemplativas de la Madre Teresa de Calcuta.
Monseñor Fortunatus se va con nostalgia
En un segundo momento, entrevistado por la prensa nacional, Monseñor Fortunatus dijo sentir nostalgia de aquella acogida que tuvo en el Aeropuerto de Managua, la noche del 18 de febrero del 2013.
“Unos días después el Cardenal Leopoldo Brenes, me invitó a presidir la Eucaristía en Catedral Arquidiocesana. Y hoy, con mucha emoción he aceptado presidir esta Eucaristía para despedirme de ustedes todos, del pueblo nicaragüense. Agradeciendo la acogida, agradeciendo a Dios la oportunidad que me dio para representar al Papa en este país”, reiteró.
Un puente entre la Iglesia, el pueblo y el Santo Padre
Monseñor Fortunatus, explicó que durante su estadía en Nicaragua, su misión ha sido ser un puente entre la Iglesia de Nicaragua y el Santo Padre, como Jefe de la Iglesia Católica; y ser un puente entre el Gobierno nicaragüense con el Santo Padre, como Jefe de Estado de la Santa Sede.
“Puente a nivel diplomático, puente a nivel pastoral, pero también siendo una persona que trató de acercar al Santo Padre a la gente. He tratado de hacer lo que haría el Santo Padre acá, que es hacerse puente entre las personas, entre el pueblo y sus líderes, a nivel religioso, a nivel civil, y ¿por qué no?, a nivel político, siempre tratando de ser puente”, manifestó.
El Nuncio Apostólico reiteró su agradecimiento al Gobierno (conducido por el Presidente Comandante Daniel Ortega y la Vicepresidenta Compañera Rosario Murillo), y a todas las instituciones del Estado, por la acogida que siempre le dieron durante su misión en Nicaragua.
¿Cuál considera su mayor logro o satisfacción?
Periodistas nicaragüenses, le preguntaron al Nuncio, ¿cuál es su mayor satisfacción o logro en este pueblo?, a lo que respondió que es haber acercado el Papa a muchas más personas.
“Personas que jamás pensaron tener un representante del Papa tan cerca. Yo he tratado de llegar a ellos, y decir que el Santo Padre los quiere, y los abraza por medio de su representante. Este es el logro principal”, dijo Fortunatus, quien además agregó entre sus logros, el haber elevado a Diócesis el Vicariato Apostólico de Bluefields.
Durante la misión en este país, el representante del Papa Francisco, indicó haber conocido mucha gente de las zonas rurales, gente trabajadora, gente creyente de León, Chinandega, la zona de Ayapal (Jinotega).
“Tengo que hablar de la región de Siksayari (RAAN), que me quedó en el corazón como un clavo dulce, con la presencia de la comunidad de Sacerdotes y misioneros que están allí. O toda la región de Río Coco, que he tenido el agrado de visitar tres veces”, detalló.
Un viaje por gran parte de Nicaragua:
Expresó que le gusta interpretar su misión pastoral o su misión profética de un modo positivo, como una misión que tiene que transmitir la esperanza, alegría a la gente, siempre en la verdad, que es la línea del Papa Francisco.
“He ido también a la Cruz de Río Grande, San Pedro del Norte, Tortuguero, Corn Island, La Fonseca, que todavía tiene que ser elevada a Parroquia; Kukra Hill. He tocado todo, comunidades indígenas, comunidades de los que trabajan entre el querido pueblo de El Ayote, en la comunidad San Francisco de El Bambú”, precisó Fortunatus.
Su mensaje al pueblo
Al concluir su misión en Nicaragua, el representante de la Santa Sede en Managua, dejó un hermoso mensaje para este pueblo:
“Mi mensaje a ellos es que se miren en Jesús. No se dejen distraer, no se desanimen, que trabajen duro, y que naturalmente busquen siempre la Paz”, puntualizó Monseñor Fortunatus.
El religioso dijo que aún cuando se piensa haber hecho mucho, siempre es necesario seguir haciendo más, para mejorar.
Finalmente, valoró todo el desarrollo que ha tenido Nicaragua, “avances claros a nivel de infraestructura”, durante los cinco años que estuvo en el país; y manifestó que deja a una Nicaragua “muy creyente y llena de fe”, tal y como la encontró a su llegada, aquel 18 de enero de 2013.