Sin saber de quién se trata, Doña Nubia Noguera Hernández, de 60 años de edad se esmera en el cuidado de 14 tumbas, quien llega al cementerio general armada de valor y con machete en mano para limpiar la maleza.
Su trabajo lo ejerce de lunes a domingo desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde donde además se gana rumbitos extras.
Doña Nubia, lleva 45 años cuidando, limpiando y pintando tumbas, oficio que la heredo de su madre Doña Margarita Herrera Hernández, quien dedico 75 años de su vida en ese camposanto.
Por cada tumba que cuida gana 200 córdobas, en el caso de que la familia le pida una pintadita cuesta 400 córdobas.
Noguera Hernández, se considera una mujer dedicada a lo que hace y cumple con todas las atenciones de rigor.
Al consultarle ¿por qué no se dedico a otra cosa?, respondió…“Mi mamá me enseño a que no importa el tipo de trabajo que ejerzas siempre y cuando te lo ganes con tus manos y a puro sudor es digno”.
Esta cuidadora de tumbas, tuvo 12 hijos, de los cuales 4 trabajan con ella en el Cementerio y el resto se dedicaron a otros menesteres.
“Hay cementerios solos, tumbas llenas de huesos sin sonido…” cita el magnífico verso de Neruda, y que contrasta con esta cuidadora de muertos ajenos quien aseguró que nunca la han asustado ni ha sentido escalofríos por estar dentro de un camposanto.