En un esfuerzo innovador por enfrentar los desafíos del cambio climático, el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA) lanzó una iniciativa que promete transformar el panorama agrícola de nuestro país.
Pequeños y medianos productores nicaragüenses ahora tienen acceso a una variedad de semillas genéticamente mejoradas, destinadas a garantizar cultivos más resistentes y productivos.
Luz María Flores, responsable de la Unidad de Fitomejoramiento y Producción de Semillas del INTA, destacó los avances significativos en la generación de nuevas variedades de maíz, frijol y sorgo.
Estos esfuerzos se centran en incrementar el rendimiento y la calidad nutricional, además de la producción de híbridos que prometen una revolución en los campos de cultivo de Nicaragua.
Un ejemplo palpable de este progreso es la finca San Lorenzo, situada al noroeste de Managua, donde se cultiva el innovador Sorgo Rojo Híbrido.
Esta variedad, desarrollada por el INTA, demuestra una mayor resistencia a plagas y sequías, convirtiéndose en un componente esencial para la producción de alimentos concentrados para ganado, aves y porcinos.
Según Víctor Barrantes, un productor local de Sorgo Monarca Rojo Híbrido, esta semilla ha elevado la productividad a niveles impresionantes, alcanzando entre 115 y 120 quintales por manzana.
El Gobierno de Nicaragua, a través de iniciativas del INTA, está poniendo en marcha estrategias productivas que no solo buscan asegurar la seguridad alimentaria del país, sino que también siguen protocolos de alta calidad.
Este enfoque se alinea con un compromiso más amplio con el desarrollo sostenible y la adaptación al cambio climático, reafirmando el papel de Nicaragua como un actor clave en la promoción de una agricultura innovadora y resiliente en la región.