Nicaragua dice: ¡Basta ya de violencia, de odio, de crímenes, de muertes y dolor!

La Vicepresidenta de Nicaragua, Compañera Rosario Murillo reiteró que la primera prioridad para el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional “es el cese de toda violencia, la seguridad. La primera prioridad es la paz y la reconciliación, y avanzar en esto, para poder andar todos los caminos».

“Ayer decía el Canciller Moncada que estamos proponiendo trabajar juntos para alcanzar acuerdos verificables de seguridad, de cese de violencia, de paz, de reconciliación en todas partes, en todos el país, con garantías. Por eso decimos acuerdos verificables de seguridad para todos, paz, reconciliación el cese de toda la violencia para todos, y nuestro Gobierno, nuestro comandante Daniel está comprometido con frenar esa ola terrorista, esa ola de crímenes de odio, de tortura, vejámenes, indignidades, secuestros, amenazas, indignación, quemas de viviendas de familia, atrocidades sin límites, quemas de instituciones de servicios, quemas de escuelas, centros de salud, todo lo que atenta contra la vida y la dignidad de las persona, y las familias en Nicaragua”.

Rosario señaló que “no solo condenamos, repudiamos y rechazamos, sino que tenemos que trabajar para frenarlos. Y trabajar todos juntos convocándonos todos los nicaragüenses, a trabajar juntos, convocándonos para que, desde las iglesias católicas, evangélicas, cristianas, pidamos a Dios, clamemos a Dios por el reencuentro, por la paz, por la reconciliación, por el cese de la violencia, por el cese del odio. Que podamos restablecer nuestro modo de vida segura y pacífico en valores, en valores nuestros que son cultura y prácticas de familias, de cristianismo de solidaridad”.

“Nicaragua dice: ¡Basta ya de violencia, basta ya de odio, basta ya de crímenes, basta ya de indignidad basta ya de muerte y dolor!», subrayó.

Murillo destacó que Nicaragua es un pueblo que clama seguridad, tranquilidad, paz verificable, esta Nicaragua que se dispone con fe y esperanza a ir a adelante, pidiendo a Dios bendiciones y sobre todo bendiciones en forma de diálogo, capacidad para dialogar, capacidad para reunirnos, capacidad para escucharnos y capacidad también para crear las mejores condiciones para ese dialogo.

Destacó la necesidad que las familias nicaragüenses nos sintamos seguros, “en los barrios, en las comunidades sintamos la seguridad y sepamos que estamos seguros que además de que Dios nos protege a todos, también estamos protegidos, porque los seres humanos que habitamos en esta tierra de todos, en esta tierra sagrada, hemos sido capaces de alcanzar acuerdos que nos aseguren, que nos fortalezcan, que nos den a todos la posibilidad de dormir tranquilos, que no nos lleguen a sacar a nuestras casas personas que han invadido nuestros espacios de paz”.

Se refirió a esos grupos delincuenciales “que se sienten con el derecho de entrar a una vivienda de familia y sacar a un compañero, como a un hermano de 74 años, Don Manuel, en el León, en el barrio San Felipe. Lo llegaron a sacar de su casa, un anciano de 74 años, esta mañana, y lo tuvieron retenido, secuestrado, en un tranque. Ahí lo tuvieron hasta que, con el apoyo del Obispo, de los sacerdotes, logramos que fuera regresado a su familia antes del mediodía”.

“Todo esto es lo que todos pedimos que se termine en nuestro país. Que volvamos a dormir tranquilos, que las madres nos sintamos seguras, tranquilas, que la juventud que tenga donde reclinar la cabeza, que sepa que pueda levantarse en la mañana con la esperanza de un futuro, como la mamá, como los papás, como los abuelitos, todos queremos levantarnos con esperanza y saber que podemos construir juntos un futuro mejor para todas y todas”.

“Algunos piensan porque hablo así no entiendo lo que está pasando, o no me doy por aludida. Claro que entendemos, claro que sabemos y claro que nos duele y nos indigna, y claro que sentimos el clamor y el dolor de todas las familias nicaragüenses. Y claro también que como cristianos estamos llenos de fe y de esperanza y por eso decimos, a la juventud, los niños, niñas las abuelitas, los abuelitos , las mamás , los papás, todos los que habitamos en los hogares cristianos de nuestra Nicaragua, queremos, sabemos que podemos lograr esa paz que teníamos, esa seguridad que teníamos, pero sobre todo la capacidad de vernos como prójimos, como hermanos, como familias nicaragüenses y lo creemos porque sabemos cómo cristianos que Dios es amor, que Dios es justo y que no desfallece ni se fatiga con cansancio y que da fuerza al casado, multiplica la fuerza al que no tiene ninguna”.

“Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Esto es Isaías 40: 30-31”.

“En eso creemos, sabemos que Dios bendice a nuestra Nicaragua en medio de todas las circunstancias trágicas, dolorosas que personas que no son de bien han traído a nuestro país. Esas personas que se congregan, salen, asaltan, intimidan, secuestran, incendian viviendas, incendias instituciones de servicios público, torturan… Atrocidades sin límites, una ola terrorista sin límite, crímenes de odio, atentando contra la vida y la dignidad de las familias. De todas las familias, en toda Nicaragua, sin excepción. Atentan contra todas las familias, contra la vida en nuestra Nicaragua, y ya no importa signo político, no importa condiciones materiales, esa ola criminal y terrorista que nos asola y que nos azota, está llegando a todas partes, eso es lo peor y lo más trágico. Por eso ayer nuestro gobierno decía que con toda seriedad y responsabilidad hemos expresado nuestra gravísima preocupación por la trágica escalada de violencia que sufre el pueblo nicaragüense y que todas las familias denuncian y condenan consternados e indignados por el drama que vivimos, consternados e indignados, por todos los crímenes de odio que se están cometiendo todos los días. Las familias nicaragüenses también han hecho llegar a nuestro gobierno las prioridades de todos».

«Estamos seguros que Dios nos da a todos nuevas fuerzas, para levantar alas como las águilas para correr y no cansarnos, para caminar y no fatigarnos. Estamos seguros, así como Dios no desfallece ni se fatiga con cansancio y su entendimiento no hay quien lo alcance, nosotros no somos Dios, pero vivimos en Dios y reconocemos a Jesucristo en nuestro corazón. Y sabemos que no desfalleceremos, que los nicaragüenses somos de lucha y de honor, y que tendremos en dios nuevas fuerzas, que levantaremos alas como las águilas para correr y no cansarnos para caminar y no fatigarnos», subrayó.

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