En la Plaza Divino Salvador del Mundo, de la capital salvadoreña, el delegado del Papa, Angelo Amato, leyó en latín, la Carta Apostólica enviada por el Papa Francisco, con lo que quedó declarado beato Monseñor Óscar Arnulfo Romero, la mañana de este sábado.
“Habiendo hecho con el caso a la congregación de los santos en instrucciones de nuestras autoridad apóstolica facultamos para que el venerable siervo de Dios, Monseñor Óscar Arnulfo Romero, obispo y mártir (…) en adelante se le llame beato”, rezaba la carta del Papa Francisco, leída en español por Monseñor Jesús Delgado.
En el acto que contó con la presencia de casi 300 mil devotos, sacerdotes y Jefes de Estado, también se dio a conocer que la fiesta en honor al beato Arnulfo Romero será celebrada el 24 de marzo de cada año.
Los devotos y religiosos presentes en el acto litúrgico fueron sorprendidos con la aparición de una aureola en el cielo de la capital salvadoreña, lo cual le dio un toque especial al evento.
Durante la ceremonia se develó una gigantografía con la imagen del primer beato salvadoreño.
Desde las 6 de la mañana, las arterias cercanas a la plaza del Divino Salvador del Mundo se llenaron de miles de personas donde se llevó a cabo la ceremonia de beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero Galdamez.
Algunos pasaron toda la noche en la zona en la vigilia, incluso bajo la lluvia.
Otras personas caminaban desde calles alternas desde temprano para llegar a la zona de la celebración.
De la capital, del interior del país y de otros países, los peregrinos hicieron sentir su admiración por el primer beato de El Salvador.
Entre los visitantes se podían contar delegaciones de Cuba, Nicaragua, Chile, Honduras, Costa Rica y Guatemala.
Incluso algunos salvadoreños viajaron desde Estados Unidos para presenciar el momento histórico.
El papa Francisco decretó que el arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero, fue asesinado por odio a la fe y aprobó una declaración de martirologio que allana el camino a la beatificación.
Francisco aprobó el decreto en una reunión con el titular de la oficina vaticana a cargo de las beatificaciones.
Romero fue asesinado en 1980 cuando celebraba la misa. La causa de beatificación estuvo bloqueada durante años pero finalmente, Francisco emitió el decreto por lo cual fue llamado Beato Romero.