La Embajada de Nicaragua en Londres junto con la Capellanía Hispanoamericana, comunidades cristianas de diferentes nacionalidades, representantes diplomáticos y amigos de Nicaragua se unieron a la Jornada por la Paz y el Diálogo en nuestro país.
En una misa celebrada en la Iglesia de los Santos Apóstoles de Londres se ofrecieron todas las intenciones de esta Eucaristía para que la reconciliación y la Paz reine en la Nicaragua de María.
Al finalizar la eucaristía el Padre Angel, a cargo de la capellanía, imploró a todos unirse en cadena de oración y elevó una hermosa plegaria pidiendo, por los obispos y nuestras autoridades en la construcción de la paz, por los jóvenes para ser hombres y mujeres de paz y heraldos de esperanza y que el Dios de Amor se revelara y concediera la gracia de la paz a Nicaragua, tierra bendita con signos de su Providencia.
Esta fue la oración completa por nuestro país
RACION POR LA PAZ – PADRE ANGEL, CAPELLANIA ESPAÑOLA Y LATINOAMERICANA
«Señor, Dios de infinita misericordia y bondad, con corazón agradecido, invocamos hoy tu nombre, que tu voz resuene en el corazón de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, cuando los llames a seguir el camino de reconciliación, paz y misericordia.
Te encomendamos a los jóvenes de esa tierra de lagos y volcanes, que venera a María Santísima como madre de todos, que en sus corazones aspiren siempre a un futuro de paz, a ser hombres y mujeres de paz y heraldos de la esperanza.
Te pedimos por los Obispos y las autoridades nicaragüenses, concédeles sabiduría, clarividencia y perseverancia; no permitas que se desanimen en su ardua tarea de construir la paz duradera. Guía sus pasos en la verdad y en el amor. Haz que sean siempre uno con su pueblo, como tú eres uno con el Hijo y el Espíritu Santo.
Señor del cielo y de la tierra, que los hermanos nicaragüenses busquen tu voluntad en la oración, en sus corazones y adoren y glorifiquen tu santo nombre. Ayúdales a encontrar en ti la fuerza para superar los odios y la desconfianza, para dialogar y vivir unidos, juntos en amistad y armonía.
Padre misericordioso, que a través de este diálogo que inicia hoy, los nicaragüenses, encuentren la valentía de perdonarse unos a otros, a fin de que se curen las heridas y no sean un pretexto para nuevos sufrimientos en el presente. Que el Dios de Amor, se revele y conceda la gracia de la paz y prosperidad a Nicaragua, tierra bendita con signos de su Providencia.
A la Madre de Jesús, la bienaventurada siempre Virgen María, le encomendamos a los hombres y a las mujeres, para que escuchen la palabra de Dios y tengan respeto y compasión por lo demás, y que, con un solo corazón y una sola mente, trabajen para que toda Nicaragua sea una casa de paz y bien para sus hijos, “para que abracen la paz de todo corazón y se conviertan en hijos de la paz y en émulos de la salvación eterna” (1 Cel 23) «Que Cristo habite en sus corazones por la fe y sean arraigados y edificados en el amor» (Carta a los Efesios 3:16.17).