En el barrio Hilario Sánchez es común ver conducir una “caponera” a doña Ana Estrada Dormus, de 50 años de edad, quien a diario hace recorridos escolares y traslada a los pobladores, por diez córdobas la carrera.
Desde hace cinco años, Ana, asumió el reto de comprar al crédito una “caponera”, para garantizar el arroz y los frijoles en su casa, donde habita con su única hija.
Dice que en un principio, algunas personas se asustaban de verla hacer una labor, que la desempañan más varones que mujeres, pero al final, la gente le admira y tiene confianza, porque las mujeres conducimos con mayor cuidado.
Juanita del Rosario López, de 64 años de edad, madre de 3 hijos y viuda de desde hace 22 años, es propietaria de una caponera pero no se arriesga a conducirla, sino que la alquila, y asegura doscientos córdobas diarios en su bolsillo.
La señora López, es habitante del barrio José Dolores Estrada, y desde el año 2010, optó por esta forma de ganarse el pan y dar la oportunidad a los demás, de tener un trabajo digno.