Luego de haber iniciado la temporada anterior en la categoría Rookie de la organización de los Marineros de Seattle, el esteliano Kevin Gadea trascendió a la gloria tras confirmarse esta mañana su ascenso a las grandes ligas con los Rays de Tampa, siguiendo los estatutos de la regla 5 del béisbol organizado.
“El año pasado me sentí frustrado porque inicié la temporada en categoría Rookie. Era mi cuarto año como pelotero firmado y no había podido subir. La noticia que jugaré grandes ligas me alegró mucho, lo primero que hice fue ir a abrazar a mis papás para agradecerles por todo” dijo Kevin en exclusiva a Tu Nueva Radio YA.
Las virtudes del pinolero nunca han sido puestas en duda. Inició su trayecto en el béisbol desde las ligas infantiles, pasando por la Academia Nicaragüense de esta disciplina hasta llegar a ser pelotero firmado para ligas menores, donde ha pulido su talento y personalidad.
“Mi recta de velocidad más rápida fue de 95 millas por hora, tengo un lanzamiento de curva con bastante movimiento y aprendí un pitcheo mas este año. Gracias a Dios la actuación en Venezuela con los Tigres de Aragua me ayudó para crecer como pitcher y ahora tengo que demostrarlo en grandes ligas” agregó Gadea.
El esteliano iniciará la temporada del 2017 dentro del roster de 25 jugadores de los Rays de Tampa, a la cual también pertenece el rivense Erasmo Ramírez, una situación para peloteros nicas que se repite por segunda vez puesto que Antonio Chevez y Dennis Martínez jugaron para los Orioles de Baltimore en los setenta.
“Hoy mismo voy a llamar a Erasmo para contarle. Me siento emocionado, de inmediato le dije a mis padres que en el equipo estará Erasmo. Tengo que adaptarme y sé que él me va a apoyar con eso. Solo quiero llegar y hacer el trabajo, estoy listo y puedo hacerlo” expresó Gadea.
Según palabras del propio lanzador norteño, el trayecto ha sido de muchos altibajos. Sin embargo, perseveró y persistió para alcanzar sus objetivos, siguiendo al pie de la letra las recomendaciones de las personas que lo supervisaban, una obediencia que asegura ha sido permanente en él.
“Todo este proceso ha sido difícil. Desde niño quise ser tercera base como Alex Rodríguez pero no bateaba mucho. Mis entrenadores me dijeron que tenía que convertirme en pitcher porque tenía buen brazo y así lo hice. Fue duro, pasar de bateador a lanzador, el brazo me dolía casi diario pero todo valió la pena” finalizó.
La condición física del nica está en óptimas condiciones. Su estatura de casi 1.90 metros está acorde a su peso de 230 libras. El brazo está descansado, su ánimo por el cielo, el apoyo de la familia se siente a flor de piel y la experiencia de jugar fuera de casa es palpable en su historial. Sin duda, el 2017 será un buen año.