Los preciosos altares de la Purísima Concepción de María instalados en la Avenida de Bolívar a Chávez, se han constituido en los espacios donde a diario millares de personas llegan para admirar su belleza, reflejo del amor y devoción a la Virgen de parte de las y los nicaragüenses.
Diseñados con vistosidad y elementos propios de la tradición religiosa nicaragüense, en estos 59 altares instalados por las instituciones del Gobierno Sandinista, predominan nuestras raíces culturales, bellezas naturales, y los programas sociales restituidos al pueblo nicaragüense.
Entre los elementos de nuestra cultura y festividades, se pueden apreciar la Gigantona y el Enano Cabezón, y la marimba. También destacan frutas como la sandía, la papaya, los melones, los mangos, naranjas, en fin toda una amalgama de sabores y colores, producidos en nuestras tierras.
También se pueden ver los productos tradicionales que las familias regalan en la Gritería, como cañas, canastitas, matracas y limones dulces.
“Aquí venimos en una vida y tres mandados, primero a admirar estas bellezas; después, a darle gracias a Dios, a nuestra Madre María por bendecir a Nicaragua; y también a pasarla en familia, porque después de ver los altares nos vamos al Puerto Salvador Allende”, dijo doña Karla Buitrago, del Reparto Schick.
“Estamos aprendiendo a amar nuestras tradiciones, las festividades como la Purísima, y estos altares están perfectos, están bien construidos”, destacó Sobeyda Espinoza, pobladora del barrio San Juan de Masaya.
“Muy bello, he andado con amigos salvadoreños y están encantados con todo lo que ven, no sólo con los altares, nos fuimos al Malecón, al Salvador Allende y me aseguraron que van a volver a Nicaragua, andan en asuntos de negocios, pero pudieron venir y están encantados,”, dijo Fernando Mejía.
“Están preciosos, me gustan mucho, esto es algo sin igual y no sólo eso, todo lo que he visto de Nicaragua me ha gustado, San Juan del Sur, Montelimar, León, Granada, Masaya, la Isla de Ometepe, todo me gusta, principalmente la seguridad, donde he ido mire a la policía, me siento protegida”, dijo la ciudadana salvadoreña Vilma Mejía.
Pero también los trabajadores por cuenta propia están contentos, pues con la afluencia de visitantes, también realizan sus ventas para llevar el sustento de sus familias.
“Gracias a Dios los altares nos están beneficiando completamente, aquí el movimiento de personas es bueno, la economía es buena, llegamos a la casa con positivismo, con ganas de regresar a vender todos los días. ¡Es más, queremos que no se termine!”, señaló el artesano del cuero Walter Blandón Galeano.