La Vicepresidenta de Nicaragua, Compañera Rosario Murillo se dirigió a las familias nicaragüenses tras finalizar el acto del 44 aniversario de fundación del Ministerio del Interior, dedicado a los 49 años de la Gesta Heroica del Comando Juan José Quezada.
«Hemos dicho tanto, y hemos hecho tanto, y hemos andado tanto, y seguimos adelante. Como decía nuestro Comandante, un día histórico como tantos días históricos que vivimos en esta Nicaragua patriótica, de Patria y Libertad, de Patria Libre, Libre Siempre, Digna Siempre, Siempre Soberana», enfatizó.
«Hoy no solo nos encontramos con nosotros mismos, sino que trascendemos una vez más la destrucción que quisieron, que querían imponernos, pero nuestro pueblo, nuestra Nicaragua, que sabe de luchas, que sabe de honor, sabe también que no es posible destruir el alma de un pueblo, el alma heroica, el corazón heroico y victorioso de un pueblo», subrayó.
Recalcó que «todo tiene su tiempo, el tiempo de construir llegó cuando quisieron destruirnos en el 2018, nos enseñaron a fortalecer el alma para seguir construyendo. ¿Quién nos enseñó? La vida, la historia, no los golpistas, no los terroristas, no los criminales, no los diabólicos. La vida a tomar conciencia de que hay que cuidar lo que se tiene y cuidarlo todos los días».
«Esto que se estamos haciendo hoy, es cautelar, es cuidar, es querer, es custodiar, es resguardar la Paz y la fuerza que tiene nuestro pueblo, que es la fuerza del amor, sin amor no es posible, lograr todo lo que ha logrado el pueblo nicaragüense, sin amor no nos hubiera llegado un Darío, un Sandino, no tendríamos esa historia heroica desde nuestros pueblos originarios».
«Somos un pueblo de amor y amor invicto e invencible. Hoy sabemos, mañana sabremos, pasado mañana sabremos más y lo más importante para nosotros es reconocer el valor de todo lo que hemos hecho y lo que seguimos haciendo, porque trabajamos por amor y con amor y cuando decimos que somos un Pueblo de amor, de confianza, de fe, de esperanza, decimos también que somos un pueblo que ha venido desterrando el odio, el odio ha tenido mil caras a lo largo de nuestra historia, sobre todo el odio de los imperialistas, colonialistas que tienen sus serviles, sus vasallos, sus lacayos, pero el amor es potente y es más potente que los imperios, sobre todo tomando conciencia del valor del amor, del vigor del amor, vamos adelante», expresó.
Finalizó diciendo que «aquí sabemos reconocer la mano de Dios en nuestros corazones, la mano de Dios en nuestras vidas y la fortaleza que Dios nos da, que es precisamente la fuerza de su amor, llenándonos a todos y dándonos tanto, tanta fuerza para vivir, tanta fuerza para caminar».