El Papa pide al Congreso de EE UU que sirva al ser humano y no al dinero

El Papa pide al Congreso de EE UU que sirva al ser humano y no al dinero

El papa Francisco ofreció hoy  un discurso ante las Cámaras conjuntas del Congreso de los Estados Unidos de América.

El mensaje profundo que el papa Francisco dirigió al Congreso puede resumirse en una de sus frases: “Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes”.

El Papa pidió que la respuesta hacia la llegada de inmigrantes sea “humana, justa y fraterna”, y abogó por la abolición de la pena de muerte.

“Les agradezco la invitación que me han hecho a que les dirija la palabra en esta sesión conjunta del Congreso en la tierra de los libres y en la patria de los valientes… Si es verdad que la política debe servir a la persona humana”, planteó Bergoglio, “no puede ser esclava de la economía y de las finanzas. La política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible, el de una comunidad que resigna intereses particulares para poder compartir, con justicia y paz, sus bienes, sus intereses, su vida social. No subestimo la dificultad que esto conlleva, pero los aliento en este esfuerzo”.

Y añadió: “Tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con la que queremos ser tratados. Busquemos para los demás las mismas posibilidades que deseamos para nosotros. Acompañemos el crecimiento de los otros como queremos ser acompañados. En definitiva: queremos seguridad, demos seguridad; queremos vida, demos vida; queremos oportunidades, brindemos oportunidades. El parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros”.

El Papa Francisco En el Congreso de EU

El mensaje del Papa es incómodo para la mayoría republicana del Congreso. En el cambio climático, en las desigualdades, en la inmigración y en la defensa implícita del diálogo con Cuba e Irán, Francisco se alinea con el presidente Barack Obama y el Partido Demócrata.

“A través de ustedes”, se dirigió el Papa a los congresistas, “quisiera tener la oportunidad de dialogar con miles de hombres y mujeres que luchan cada día para trabajar honradamente (…), con tantos abuelos que atesoran la sabiduría forjada por los años e intentan de muchas maneras, especialmente a través del voluntariado, compartir sus experiencias (…), con todos esos jóvenes que luchan por sus deseos nobles y altos, que no se dejan atomizar por las ofertas fáciles, que saben enfrentar situaciones difíciles, fruto muchas veces de la inmadurez de los adultos”.

“Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar. Y, por otra parte, puede generarse una tentación a la que hemos de prestar especial atención: el reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y malos; permítanme usar la expresión en justos y pecadores. El mundo contemporáneo con sus heridas, que sangran en tantos hermanos nuestros, nos convoca a afrontar todas las polarizaciones que pretenden dividirlo en dos bandos. Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar. A eso este pueblo dice: No”.

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