Fuego, adrenalina, angustia y esperanza es lo que viven día a día quienes ejercen la profesión de los valientes, aquellos que sacrifican sus vidas por salvar la de otros, dijo muy orgullosa la bombera Gabriela Zeledón Mendieta, de 33 años.
Reconoció que aunque hace pocos meses entró por curiosidad hoy en día su trabajo es su pasión en la Dirección General de Bomberos en Managua.
En esa delegación apenas tres mujeres son las valientes que se fajan como los hombres, ya que nunca antes otras féminas se habían interesado en un trabajo tan peligroso y pesado cuando se trata de estar entre las llamadas.
Gaby, es originaria de Masatepe, madre de dos hijos de 4 y 10 años de edad, su esposo es albañil y lo más difícil de su trabajo son los turnos de 48 horas donde permanece en la estación y no puede ver, besar y abrazar a su familia.
Comenta que, cuando suena la alarma, se enfunda en su traje y de un brinco se encuentra en el rojo camión que la llevará a una nueva odisea-Su hazaña del día, enfrentarse a incendios.
Gaby al igual que sus colegas se tienen que enfrentar al calor mortal, falta de oxígeno, paredes de humo que obstaculizan cada paso que dan l, o el riesgo de que la estructura se colapse, son un peligro continuo, en cada llamada de auxilio, expresó.
“Siempre debes de tener la vista y el oído al cien para que con cualquier trueno o algo, sepas que algo está pasando”, agregó la bombera.
Sin duda que Zeledón Mendieta tiene una gran vocación y cuando habla de su trabajo lo hace con esmero.y mucha emoción.
Para poder salir a trabajar cuenta con el respaldo de su madre quien cuida de sus dos niños.
Todo en esta vida requiere de sacrificios y no hay excepciones, por eso hay que hacer las cosas con equilibrio, positivimos y sin renegar de la vida que nos toco vivir, reflexionó.