Su Eminencia Cardenalicia Leopoldo Brenes presidió la Eucaristia de fin de año en la catedral Metropolitana junto al pueblo creyente, quienes a su vez celebraron el día de la Sagrafa Familia, núcleo desde donde florecen los más bellos sentimientos y que la ley de Dios mandata a respetar.
A través de sus declaraciones, Brenes saludó a las familias en el último día del 2017, deseándoles unidad, amor y sobre todo instándolos a seguir en los caminos de la Santidad.
«En este 31 de diciembre mi deseo para las familias es una feliz noche, en la que se logre sentir la cercanía con los hijos, los abuelitos y los padres. Que el Señor nos prepare para vivir en ese cariño familiar, hoy celebramos a la Sagrada Familia y el Papa Francisco nos dice que la gran responsabilidad del padre es estar cercano a sus hijos, promover la personalidad, el desarrollo y la responsabilidad de los hijos es obedecer a la enseñanza se los padres», refirió.
El líder religioso manifestó que el 2017 ha sido un año en el que Nicaragua ha alcanzado importantes logros y en el 2018 venidero el pueblo creyente debe seguir orando por el bienestar de todos.
«Damos gracias a Dios por este año que pronto finaliza, un año con muchas cosas por recordar y que marcaron nuestras vidas, hoy tenemos que celebrar porque es la fiesta de la Sagrada Familia del Nazareno, una experiencia que vivimos a diario porque todos tenemos una familia», dijo.
Los feligreses clamaron a Dios para que el año venidero sea lleno de bendiciones y sobre todo permita que las familias se mantengan unidas y que el amor sea el elemento clave.
Juana Aróstegui muy contenta acudió a misa junto a sus familiares, con quienes recibirá el 2018.
«Siempre venimos a despedir el año acá en la iglesia y de paso pedimos a Dios por nuestra familia, sabemos que cuando Dios está en los hogares las batallas son más fáciles de vencer y las bendiciones sobreabundan», subrayo.