El descanso que viven la mayoría de los nicaragüenses en época de Semana Santa más que físico es espiritual, por tal razón, y como ya es tradición, centenares de turistas nacionales y extranjeros visitaron la Ciudad de León para presenciar como manos laboriosas transforman el aserrín en verdaderas obras de arte que transmiten la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Estas bellas alfombras pasionarias se extienden más de ocho cuadras en las cercanías de la iglesia San Juan Bautista en Sutiaba.
Ahí se exponen las alfombras elaboradas por manos indígenas que revive cada año una tradición considerada entre las más hermosas y coloridas del país.
Estas escenas bíblicas llaman a la reflexión y al acercamiento con Dios, quien entregó a su único hijo para salvar al mundo del pecado.
Un arte sacro que es contemplado, admirado y dejado en el recuerdo por los equipos fotográficos de los turistas, muchos de ellos no saben que es una herencia que se ha trasmitido de generación en generación.