«Yo no me vendo ni me rindo… Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán», dijo el general de Hombres y Mujeres Libres, Augusto C. Sandino, quien el 4 de mayo de 1927, no aceptó firmar el pacto del Espino Negro, se alza en armas y reta al imperio. Demostrando la dignidad de la nacionalidad nicaragüense.
El Pacto del Espino Negro, impuesto por Henry Lewis Stimson, representante personal del presidente estadounidense Calvin Coolidge, a los delegados del gobierno conservador de Adolfo Díaz (que habían pedido la intervención de los marines yanquis para mantenerse en el poder) y a José María Moncada, General en Jefe de la Revolución Constitucionalista de 1926 se materializó en mayo.
Con la firma del pacto, el 4 de mayo de 1927, bajo la sombra de un árbol de espino negro, Moncada, cuyo ejército constitucionalista ya estaba a las puertas de la capital y de la victoria, aceptó entregar las armas a cambio de prebendas, dejando siempre en el poder al mismo gobierno impuesto por los yanquis.
Pero el General de Hombres Libres, Augusto C. Sandino, no aceptó entregar sus armas al ejército invasor, formando el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, para combatir a las tropas interventoras.
El historiador y analista político, Aldo Díaz Lacayo, refiere que “El 4 de mayo, Día de la Dignidad Nacional, es la efeméride más importante del Sandinismo, y probablemente la efeméride más importante de la historia moderna de Nicaragua. Sin 4 de mayo, nunca habríamos tenido una Revolución el 19 de julio de 1979”.
“Moncada señalaba que ese día, el 4 de mayo era un día de fiesta nacional, y Sandino en su campamento dijo también era un día de fiesta nacional porque es el día en que los nicaragüenses le demostraron a su patria que tiene hijos que la aman”, expresó Aldo Díaz Lacayo.
Agregó que, a partir de ese momento, la guerra civil se convierte en una guerra de liberación nacional, “la guerra por la constitución se convierte en una guerra por la soberanía nacional y el derecho a la autodeterminación”.