El zumo de limón es un aliado natural para eliminar cualquier mancha que aparezca. Aunque puede parecer que el ácido que contiene no nos ayuda y provoca picor en heridas abiertas, lo cierto es que en ningún caso es dañino.
Aplicarlo es simple: basta exprimir un limón, rebajarlo con la misma cantidad de agua, y utilizar ese líquido como limpiador de la piel afectada.
La cebolla, aunque sea esa que tanto nos hace llorar, contiene azufre y vitamina C. Con el primero es capaz de aclarar las pigmentaciones. Con el segundo, deja nuestra piel hidratada.
Pese a que muchas tribus la usan de manera directa aplicándola sobre la piel, si quieres, puedes optar mejor por una mascarilla a base de cebolla triturada y un poco de yogur. Lo aplicas en el rostro incidiendo sobre la zona con manchas. Dejas reposar unos 20 minutos y aclaras.