Cigarrillo: El cigarro disminuye el oxígeno y los nutrientes que llegan a la sangre. Además, perjudica la circulación, dañando también la elasticidad de la piel.
Bebidas alcohólicas: Las bebidas alcohólicas producen muchos radicales libres con moléculas inestables que reacciona oxidando y dañando las células. Estos no dejan que los nutrientes sean absorbidos deteriorando la apariencia de la epidermis.
Anticonceptivos orales: Estas medicinas tienen estrógenos y progesterona, hormonas que provocan cambios en el metabolismo del cuerpo, promoviendo la retención de líquidos.
Café: Mientras tres tazas de café al día pueden funcionar como termogénico, la cafeína en grandes dosis, puede afectar la micocirculación y aumentar el estrés.
Tacones altos: Los tacones altos utilizados con mucha frecuencia, pueden dificultar la circulación de la sangre en los talones y las piernas. El resultado, será una mayor disposición a generar celulitis, y un notable agravamiento en zonas ya afectadas.
Pantalones muy ajustados: Si bien la ropa ajustada no causa celulitis, sí logra empeorar su aspecto; puede ocasionarse una obstrucción de la circulación de la sangre, en especial con aquellos pantalones con costuras demasiado pequeñas.
Falta de protección solar: Los rayos UV atacan el colágeno de la piel, haciendo que cualquier imperfección sea aún más visible. Por eso, la utilización de protector con filtro solar es fundamental, incluso en zonas donde la piel de naranja no es tan evidente.
Dietas demasiado estrictas: Las dietas demasiado estrictas hacen que el cuerpo no absorba todos los nutrientes que necesita. Esto genera que se alimente de sus propios músculos, acumulando la grasa que crea la celulitis.
Cambios hormonales: Para algunas mujeres, la llegada del período o la menopausia, puede ocasionar cambios hormonales significativos. Estos trastornos, suelen conducir con la aparición de celulitis e incluso lesiones en la piel.
Comida chatarra: La comida chatarra contiene demasiada grasa, sal y azúcar. Por eso, consumirla con mucha frecuencia, atenta contra el organismo, ocasionando inevitables consecuencias sobre la piel.
Golosinas: Las golosinas favorecen la acumulación de grasa localizada. También son una gran fuente calórica, y consumirlas en demasía, puede ocasionar un inevitable aumento de peso.
Bebidas con gas y azúcar: Según una investigación realizada en Dinamarca, beber un litro de cola común aumenta la cantidad de grasa en el hígado, los músculos y los abdominales. Estos depósitos grasos pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes, enfermedad coronaria y trastornos en la piel.
Baja ingesta de frutas y verduras: La baja ingesta de frutas y verduras significa un bajo nivel de fibra dietética natural. Su carencia, no solo fomenta la aparición de celulitis, sino también la aparición de trastornos relacionados al tránsito intestinal.
Sedentarismo: El sedentarismo y la inactividad física son factores desencadenantes de la celulitis. Por eso, es fundamental evitar sus consecuencias realizando una hora de ejercicio al día, complementando con una buena nutrición.
Estrés: Todo cuerpo que sufra altos niveles de liberación de estrés, activa el almacenamiento de grasa. Este factor facilita la retención de líquidos y la apariencia de la piel de naranja.
La madurez: Lo creas o no, la celulitis suele comenzar en la pubertad, principalmente debido a la combinación de factores hormonales junto con el uso de anticonceptivos orales. Gracias a ello, es posible contraer aumento de peso y una inevitable retención de líquidos.
Predisposición genética: Los factores hereditarios con predisposición a la obesidad e incluso la baja concentración de colágeno, también pueden influir en la aparición de irregularidades sobre la piel.