Conserva un peso corporal constante. La piel de los senos es muy delgada y sensible; aumentar o bajar de peso bruscamente “rompe” la piel, provocando las indeseables estrías. En este sentido, hay que tener cuidado especial durante el embarazo y lactancia porque son procesos donde el peso es totalmente inconstante.
Mantén la espalda recta. Esto también obliga a mantener el pecho erecto, una postura mucho más atractiva y seductora.
Emplea brasieres de calidad y acordes con la forma y el tamaño del seno. Si tus pechos son voluminosos y pesan, úsalos ajustados, más no apretados, y recurre a las copas grandes. En cambio si son chicos, es recomendable usar sostenes con relleno para mejorar su apariencia.
Algunas mujeres cuando están menstruando, embarazadas o lactando tienen hipersensibilidad en los pechos. Esto es natural y no debe preocuparte más de la cuenta, es el resultado de la acción de ciertas hormonas femeninas.
Si haces ejercicio, es aconsejable usar sujetadores cómodos que soporten los movimientos bruscos y que también funcionen como una barrera protectora contra la hipersensibilidad.
Evita el agua caliente sobre los senos y, si no te desagrada demasiado, termina el baño aplicando agua fría sobre ellos.
Aplica masajes y cremas. Cualquier parte del cuerpo agradece mimos y cuidados. El masaje es uno de los más efectivos para el cuidado de los senos. Coloca una mano bajo tu cabeza y con la otra aplica crema hidratante sobre el seno contrario. Usa movimientos ascendentes de la aureola hacia afuera, dibujando sucesivos 8. Es aconsejable que este masaje sea mucho más superficial en los días de la menstruación y que profundices en los días posteriores para que realices un auto-examen de mama. Recuerda que éste es esencial en la detección del cáncer de mama.