Lo que sí es que siempre y con cualquier persona, tenemos una tendencia. Siempre hay una posición recurrente que nos vuelve locas. Esta puede que revele mucho de nuestra personalidad.
Misionero: Eres una chica que ama la rutina. Odias las sorpresas y usualmente vas al mismo restaurante donde te sientes cómoda, conoces a todo el personal y ordenas el mismo platillo porque, ¿para qué cambiar la fórmula probada?
Eres una chica comprometida, fiel y que le gusta ver a los ojos de su pareja y sentirse segura. Te gusta sentirte valorada y cómoda.
De cuatro patitas: Como dicen por ahí, “debes ser una dama ante la sociedad, pero una … en la cama”. Te sientas derechita en la mesa del restaurante y no rompes un plato, pero en el dormitorio es otra historia. Escuchas rock en tu auto, te gusta la velocidad y no tienes miedo de subir la temperatura con tu hombre. Probablemente tienes un tatuaje del que nadie sabe… más que él.
Las mujeres arriba: Sabes lo que quieres y cuando lo quieres. Si no obtienes lo que necesitas en el momento que lo quieres te desesperas y pierdes el control. Obviamente tienes un carácter controlador y dominante. Eres una mujer segura de su cuerpo y te sientes cómoda tomando decisiones, eso sí, pobre del que no concuerde contigo, pero el chico que te entienda seguro tendrá un gran premio de tu parte.
De cucharita: Eres una chica relajada y sensible. Lloras en los comerciales de seguros de vida y las películas con Ryan Gosling. A la gente le gusta tu compañía porque usualmente eres una mujer alegre y buena amiga. Necesitas sentirte protegida por el hombre al que amas y sentir todo su cuerpo en tu espalda te permite sentirte segura y amada.
Reversa vaquera: Probablemente te escapabas de clase para irte con los chicos al estacionamiento a fumar un cigarrillo y robaste algunos exámenes de la oficina del profesor. Eres una chica divertida y tienes muchos amigos. Hoy tienes tanta seguridad en tu persona que no te importa lo que los demás opinen de ti.
Frente al espejo: Eres una actriz nata. Te encantaba salir en todas las obras de teatro de tu jardín de infancia, dar shows con tus primitos en todas las cenas navideñas y ser la actriz principal en las películas caseras de tus amigos. Nunca dejas de dar shows y te amas a ti misma. No sientes culpabilidad por gastar dinero en tu belleza o en un buen masaje para consentirte.
De pie: Eres competitiva por naturaleza y la cama no es la excepción. Tu cita ideal es ir en bicicleta por 30 kilómetros y tomar un jugo energético en un café a las 10 de la mañana. Tienes una energía que derrochas entre todos tus conocidos pero es difícil seguirte el paso. Si encuentras un hombre con el mismo nivel de energía seguro romperán más de una cama, puerta, silla o lo que esté en su paso.