Es inevitable sentir esas molestias del embarazo porque los pechos crecen, la barriga crece y otros cambios que, a pesar de ser muy fastidiosos, lo soportamos con mucho cariño porque es una buena señal de que nuestro bebé está creciendo.
Si bien es cierto, conocemos a groso modo toda la “metamorfosis” que sufrirá nuestro cuerpo, pero lo que muchas de nosotras ignoramos son los cambios secundarios.
¿Qué son los cambios secundarios? Pues, vienen a ser aquellas cosas que solo las llegas a descubrir tu misma cuando te observas y que por coincidencia, nadie te lo advirtió. ¿A cuáles nos referimos? A estas:
Pezones oscuros: Si empiezas a notar que tus pezones han crecido considerablemente y además han tomado un color más oscuro, ¡Tranquila! Es normal cuando tenemos un hijo.
Pechos caídos: Muchas mujeres creen que tener un bebé es sinónimo de tener los pechos caídos por la lactancia. Pero lo cierto es que esto se debe al incremento de tamaño.
Línea Negra: ¿Has notado esa línea negra desde el ombligo hasta tu pubis? Debes saber que esto se debe porque es la parte donde los músculos del abdomen se separan durante el cuarto y sexto mes de la gestación.
Dolores en las costillas: Los dolores de costillas pueden asustarnos en un comienzo, pero no debes alarmarte. Esto es signo de que el bebé está pateando o estirándose.
Glúteos: Es inevitable subir unos kilos demás durante el embarazo. Lo que verás es que la grasa se acumulará sobretodo en la parte de los glúteos y caderas.
Hemorroides: Si sufres constantemente de estreñimiento, no te asustes. Debido a la presión de las venas por el embarazo es normal sufrir de esto. Solo consúltale a tu médico por una dieta más sana.
Manchas en la piel: Debido al incremento de melanina en nuestro organismo, trae como consecuencia las terribles manchas en la cara y cuello.