No hay papel. Una de las peores cosas que nos pueden pasar es ir al baño apuradas y no fijarnos si hay papel. Estamos tan concentradas en lo que tenemos que hacer que en lo último que nos fijamos es si el PH va alcanzar. Terminamos y al intentar limpiarnos vemos (con ojos horrorizados) que no tenemos absolutamente NADA para “solucionar” el asunto.
Que te venga la regla. Benditas sean las mujeres con un reloj biológico exacto porque jamás tendrán estos problemas. Si sabemos cuándo nos va venir la regla estaremos preparadas, pero si un mes nos viene un 9, el otro un 12, el otro un 6 es imposible que podamos estar listas y llevar una toalla higiénica “por si acaso”. El problema en cuestión es terrible cuando a nuestro visitante de cada mes se le ocurre aparecer cuando no estamos en casa y en los baños públicos NO HAYDISPENSADOR de toallas. Peor aún si estás a la mitad del día sin forma de comprar.
Dejar olores. Nosotras a veces no podemos controlar nuestro estómago y en ocasiones nuestra digestión nos causa problemas. Ir a un baño público, por ejemplo en el trabajo, es totalmente molesto cuando nuestros intestinos están un poco “traviesos” porque sin querer podemos dejar olores molestos. ¿Lo peor? abrir la puerta luego de terminar lo que tenías que hacer y que entre una compañera de trabajo. Es imposible que no huela lo que dejaste adentro.
Que no pase. Ya hiciste tus necesidades, te lavaste las manos, te maquillaste o lo que fuere y vas a jalar la cadena pero por alguna razón que no logras comprender la palanca NO FUNCIONA, empiezan a tocar la puerta y tú no sabes qué hacer para ocultar el desastre. Es horrible porque lo único que puedes hacer es aceptar la derrota y pedir ayuda.
Que la puerta no abra. Suele pasar que a veces el seguro de la puerta nos juegue una mala pasada y pasamos largos minutos “atrapadas” hasta que un alma noble aparezca a salvarnos.
Que te abran la puerta. Estás en el baño, con los pantalones abajo concentrada en lo que estás haciendo, pensando un poco en la vida, en tu futuro, en ese libro que estás leyendo y de pronto te abren la puerta. Gritas y te paras totalmente expuesta gritando ¡ESTÁ OCUPADO!. Pero si tu cerraste con seguro, o al menos eso pensaste, ¿cómo pueden entrar a invadir así tu privacidad?.