Que la mujer está hecha para la monogamia. Durante cientos de años se pensó que las mujeres éramos monógamas por naturaleza mientras que las infidelidades de los hombres eran justificadas por la misma causa.
Hoy sabemos que esto está muy lejos de la verdad… En un estudio realizado en 2006 en Alemania se descubrió que las mujeres se aburren sexualmente antes que los hombres cuando están en relaciones monógamas.
Esto no significa que actúen en consecuencia… solo prueba que tanto hombres como mujeres pueden aburrirse cuando están mucho tiempo con una sola persona demostrando que la fidelidad no tiene que ver con el género.
Que los hombres son los que más quieren sexo. Esto también lo hemos pensado durante años… Claramente ahora sabemos que esto tiene que ver con la libido de cada persona, sus hábitos sexuales, su situación sentimental entre muchas otras cosas pero no con el hecho de ser mujer u hombre.
En nuestra sociedad machista, sin embargo, sigue siendo mal visto que una mujer persiga estos instintos. A todas nos educaron para esperar que fuera el hombre el que se acercara, fuera para salir como para pedirte matrimonio, son los hombres los que deben mostrar interés primero pero esto no quiere decir que las mujeres no lo tengamos, sólo vivimos reprimiéndolo por las convenciones sociales.
Que las mujeres necesitamos horas de estímulo. En promedio un hombre necesita 90 segundos de un simple estímulo erótico para conseguir una erección. En teoría una mujer necesita mucho más que un pequeño estímulo y muchos minutos de estimulación previa a una penetración. En teoría…
Sin embargo, investigadores de la Universidad McGill encontraron que hombres y mujeres se excitan a la misma velocidad y que ambos sexos necesitan en promedio 10 minutos para estar 100% excitados viendo, por ejemplo, pornografía.
Este mito de la estimulación está relacionado con la llegada del orgasmo, durante años se pensó que los hombres podían terminar mucho más rápido que las mujeres y que para nosotras tomaba horas alcanzar el orgasmo.
Esto, ahora que tenemos mucha más libertad sexual y que la comunidad LGBT también entra en los estudios y estadísticas, quedó por los suelos porque los encuentros entre mujer y mujer tienen el mismo tiempo de clímax que un hombre. Entonces sí tardamos más en llegar al orgasmo que ellos cuando tenemos encuentros heterosexuales, pero no por una cuestión biológica.
Que las mujeres nos enamoramos cuando tenemos sexo. También durante años hubo una creencia que relacionaba los orgasmos femeninos con el amor… Se pensaba que las mujeres no podíamos tener sexo sin enamorarnos o sin involucrar sentimientos mientras que los hombres podían hacer el amor sin sentir nada.
Estaba tan permeada esta creencia que incluso mujeres de ciencia como Lou Andreas Salomé decidió permanecer virgen hasta muy avanzada edad por miedo a perder el control sobre su cabeza si entregaba su cuerpo a un hombre.