La reaparición en varias regiones del mundo de enfermedades infantiles, que se consideraban erradicadas en más del 90 por ciento, promueve en Nicaragua el cumplimiento anual de un esquema de vacunación, para evitar que los menores contraigan sarampión, rubeola o parotiditis (paperas).
Desde hace décadas, el Gobierno Sandinista a través del Ministerio de Salud (Minsa), financia las campañas de vacunación para que además de las vacunas, no falte ningún insumo como las jeringas, el algodón, los termos, el hielo, entre otras necesidades.
La cobertura de vacunación abarca al 98 por ciento de los menores en edad de vacunarse con más de un millón de dosis y eso se logra con la voluntad política y el empeño del gobierno, con el objetivo de proteger de enfermedades a su población.
Calificada por la doctora Sonia Castro, Ministra de Salud, como una jornada de esperanza, de amor y de buen vivir, la campaña de vacunación nacional establece la aplicación de vacunas para prevenir siete tipos de enfermedades.
Estas campañas anuales de vacunación se iniciaron en 1980, con la Revolución Sandinista, cuyo Gobierno asegura a la población el derecho gratuito a la salud, para que viva mejor, al librarla de enfermedades controlables mediante vacunas.
Los niños recién nacidos reciben la BCG, una vacuna que elimina las formas graves de la tuberculosis y a los 2, 4 y 6 meses de edad se les aplica la Pentavalente, para prevenir la Difteria, Pertusis, Tétano, Meningitis por Haemophilus influenza y la Hepatitis B.
Además, por vía subcutánea reciben la MMR a los 12 meses de nacidos, que los protege contra el sarampión, la parotiditis y rubeola, única dosis, y no necesita refuerzos. Al año y medio de edad se les pone la DPT intramuscular, para reforzar la pentavalente.
Otra de las vacunas que se aplica es la anti poliomielítica, aunque el país eliminó la Polio desde 1980 y según la titular de salud, ahora la nación se esfuerza por combatir otros males, como el sarampión, las diarreas y neumonía, que afectan a los bebitos.
La Ministra indicó que en este modelo de responsabilidad compartida, participan junto al gabinete y los trabajadores del Minsa, las mujeres, la Promotoría Solidaria de la Juventud Sandinista y las familias, que se encargan de llevar a los niños a vacunarse.
Rosario Murillo, Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, expresó que este año, en la Jornada Nacional de Vacunación que se desarrolló entre el 24 y 30 de marzo, se aplicaron un millón 876 mil 626 vacunas.
Según el dato proporcionado por la dirigente sandinista, esa cifra supera el millón 780 mil 133 dosis previstas a aplicar, como siempre de forma gratuita, en la que sólo había que presentar la tarjeta de vacunación para recibir la vacuna.
Otras vías para prevenir enfermedades
El Minsa destina una dosis única de Mebendazol, un medicamento antiparasitario, a niños de dos a doce años de edad, con lo que logró en el 2011, registrar una tasa Parasitaria Anual de 0.14 por cada mil habitantes.
También administra a los pequeñines, una dosis de Vitamina A, para prevenir la ceguera infantil en el grupo, de entre seis meses de nacidos y 5 años de edad.
Otra de las iniciativas del Minsa, contempla en su esquema vacunación el Rotavirus, en menores de un año, una vacuna que se introdujo en 2007 para evitar que los niños padezcan diarreas, en su forma más grave, y disminuir las muertes por esta causa.
Las estadísticas revelan un éxito palpable del Gobierno sandinista. Si hace unos 7 años, las diarreas eran una de las principales causas de muerte infantil, el Minsa ha logrado que hoy, en Nicaragua, esa enfermedad ocupe la décima causa de muerte.
Un vistazo al resultado de la vacunación revela que desde el 2008 no hubo ningún caso de difteria y que en el 2010, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y la Organización Mundial de la Salud (OMS), certificaron a Nicaragua como nación libre del vector y de la transmisión de la enfermedad de Chagas.
Asimismo, un estudio oficial señala que las instituciones de salud impulsan Jornadas de vacunación desde el 2007, en zonas urbanas y rurales, para prevenir enfermedades letales en los niños, y desde esa fecha no se reportan casos de polio y sarampión.
La acción protectora de los dirigentes del Minsa con las vacunas no se centra sólo en los niños, incluye a otros grupos poblacionales, a los que les ofrece diversos recursos para prevenir enfermedades.
Las embarazadas reciben la vacuna DT (Toxoide tetánico), la misma que se aplica a niños en edad escolar y a personas de grupos de riesgo, como mujeres en edad fértil, personas de la tercera edad y además a los trabajadores.
En opinión del doctor Rafael Amador, del Fondo de las Naciones Unidas, la lactancia materna protege al niño contra muchas enfermedades pero sólo reciben este proceso de inmunización el 30 por ciento de los menores nicaragüenses. Recomienda que además de la lactancia, debe usarse agua potable para cocinar, a fin de evitar problemas diarreicos.
Importancia de las vacunas
En América Latina la interrupción endémica del sarampión se logró en 2002 y la de la rubeola en 2009. Sin embargo, el sarampión sigue apareciendo a nivel mundial y ha llegado a algunos países del área procedente de otras regiones del planeta.
Según Carissa F. Etienne, Directora de la OPS/OMS, como esos virus siguen circulando en otras partes, el riesgo de que estas enfermedades se reintroduzcan es alto, en particular cuando hay eventos masivos, como la próxima Copa Mundial de Fútbol 2014.
La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda que la mejor jugada futbolística para evitar el sarampión y la rubeola, es ponerse la vacuna, para protegerse uno mismo, a la familia y al resto de las personas.
Etienne explicó que las naciones de América han sido líderes a nivel mundial en la eliminación o reducción de enfermedades prevenibles por vacunación y dijo que fue la primera en erradicar la viruela (en 1971) y en eliminar la polio (en 1991).
En 2003, OPS comenzó a celebrar en el continente, la Semana de Vacunación como parte de la respuesta regional al último brote endémico de sarampión en Latinoamérica, la aplicación de la vacuna contra ese mal, ha beneficiado a más de 400 millones de personas.
Los éxitos motivaron el lanzamiento en 2012 de la Semana Mundial de Inmunización, que celebran cada año más de 180 países, entre ellos Nicaragua, donde gracias a la preocupación del gobierno sandinista por la salud, los niños están protegidos de enfermedades previsibles con las vacunas.