Déjate sorprender por la naturaleza arrolladora de Costa Rica

Costa Rica está llena de lugares alucinantes que tienes que visitar. Te enamorarás de la amabilidad de su gente y de los paisajes naturales: te esperan volcanes, selvas tropicales y playas paradisíacas. Todo en un entorno de distancias muy asequibles que se marcará a fuego en tu memoria para siempre. 

El país tiene una ubicación privilegiada en Centroamérica. Lo bañan las aguas del Caribe, de un azul que solo has visto en tus sueños, y el océano Pacífico. Tiene, gracias a estos dos mares, la mayor densidad de biodiversidad del mundo. Puedes despertarte con el rugido de los monos, divisar animales exóticos como el oso perezoso, el jaguar o el manatí en un paseo y el más espectacular de todo: el tucán. 

Tendrás que tener paciencia porque no es fácil ver estos animales. Así que necesitarás tiempo para mimetizarte con la naturaleza y dejarte sorprender por sus cambios imprevisibles. La mejor época para visitar el país es entre diciembre y abril, que es la estación seca. Eso sí, no olvides tu chubasquero y botas impermeables porque las lluvias pueden sorprenderte en cualquier momento entre tanta vegetación.

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¿Cuántos días necesito para visitar Costa Rica?

El mínimo para disfrutar de la ruta y recorrer los principales puntos de interés del país sin tener la sensación de que te dejas algo es de entre 15 y 21 días. Lo ideal sería alquilar un coche 4×4, porque algunas zonas en el camino a los parques nacionales o las playas no son accesibles para todo tipo de vehículos. Puede que incluso tengas que cruzar un río y mojarte, ¡así que prepárate para la aventura!

A orillas del Mar Caribe, el Parque Nacional de Tortuguero

El Parque Nacional de Tortuguero es uno de los mejores de Costa Rica. Su fama se debe a la playa en la que anidan las tortugas verdes, la más importante a este lado del mundo. La única manera de llegar a ella es por aire o por mar. Su diversidad de flora y fauna es inigualable y sin duda, la más abundante de Costa Rica. En su bosque tropical lluvioso tendrás que usar el chubasquero y las botas de agua porque en él hay diferentes canales navegables y desde allí podrías contemplar osos perezosos, cocodrilos, manatíes y hasta jaguares si hay suerte. 

El desove de las tortugas sucede entre junio y septiembre. En esos meses podrás observar cómo las tortugas recién nacidas dan sus primeros pasos y van desde los nidos que hay en la playa al mar. Esta experiencia tendrás que hacerla con guía oficial, que garantiza que se cuide y se respete al máximo la vida de las bebés tortugas y sus mamás. 

Volcán Poás, un imprescindible desde San José

Desde San José puedes acercarte en hora y media a visitar el volcán Poás, rodeado de un bosque que vive entre nubes. Está a más de 2.700 metros de altura y tiene uno de los cráteres más grandes del mundo: su diámetro alcanza los 365 metros. Tiene un lago de un color verde intenso que no podrás dejar de observar. También es uno de los volcanes más activos del país. 

Entró en erupción por última vez en septiembre de 2019, así que por eso la visita se hace con casco y muchas medidas de seguridad. En el camino verás que hay varios refugios por si se diera la alerta de que va a volver a entrar en erupción. No te preocupes, te dará tiempo a resguardarte. También es recomendable consultar el estado del tiempo antes de ir porque la zona del cráter está muchas veces oculta por las nubes.

Un santuario de la naturaleza en el Parque Nacional de Corcovado 

El Parque Nacional de Corcovado es otro de los lugares en los que observar la biodiversidad que se da en Costa Rica. Es el bosque lluvioso tropical más grande del mundo. Si te adentras en sus senderos tendrás la sensación de sumergirte en una selva virgen. Eso sí, hay que seguir unas normas estrictas para que el lugar siga conservándose así, como no abandonar los senderos ni alimentar a los animales. Se trata de que cuando te vayas, nadie sepa que has estado alguna vez allí. 

En este parque podrás ver caimanes, osos perezosos de nuevo, diferentes especies de monos, serpientes y los maravillosos tucanes. Puedes dormir en la estación forestal de la Sirena y nunca olvidarás esa experiencia. Hay que reservar con al menos un mes de antelación para asegurarte de que no te quedas sin plaza. Puedes llegar en avioneta o haciendo una caminata por el sendero de 7 u 8 horas de duración. Lo mejor es que visites el parque con un guía. 

El Parque Nacional de Corcovado está lejos, en una zona a la que se tarda en llegar, casi fronterizo con Panamá. Pero merece mucho la pena ir. La revista National Geographic lo definió en su momento como «el lugar más intenso del mundo, biológicamente hablando, en términos de biodiversidad».