Trozos de piedras canteras, adoquines, tucos de maderas y hasta banquitos, son los objetos que los “vende lugares”, ocupan para saber el lugar que les toca en la fila, y que adorna la puerta principal del Consulado Tico.
Maycol Peralta López, de 20 años, es un joven del barrio 19 de julio, es uno de las personas que por segundo año consecutivo, se dedica a esta labor, indicando que a las 7 de la mañana ya vendió hasta 3 lugares, llevándose entre 700 y 900 córdobas a su casa.
Por su parte, el joven Pablo Alvarado Padilla, de tan solo 17 años de edad, dijo que le ha sacado provecho a esta actividad, lo que además de ser un trabajo informal, precisó que ayuda a que algunas personas no hagan filas interminables, y que muchas veces no sean atendidos.