Deborah Gail Grandison Samuel, de 51 años de edad, nacida del amor de una ama de casa y de un marinero, en la ciudad de Bluefields, Caribe Sur, es la Procuradora Especial de la Mujer.
“En esa época en que nací no habían ultrasonidos y una partera le había dicho a mi mamá Alicia, que daría a luz a un varoncito. Era el segundo de seis partos de mi madre, al final todos los alumbramientos fueron de mujeres”, comenta Deborah Grandison con su jocosidad y temple de mujer costeña.
La Procuradora Especial de la Mujer, es madre de cuatro mujeres y un varón y aunque dedicaba abundante tiempo en la crianza de sus hijos, es parte de la primera generación de profesionales del Derecho egresadas en el Caribe nicaragüense.
Sus conocimientos no se quedan ahí, la primera carrera que coronó fue de Ingeniería Civil, años después varios diplomados y postgrados, incluyendo dos maestrías, el primero en Derecho Procesal y Derechos Humanos Genero y Desarrollo.
Deborah Grandison, Procuradora Especial de la Mujer, afirma que toda la riqueza espiritual, intelectual y de experiencia de la mujer nicaragüense es reconocida por el actual gobierno, nunca antes, ningún gobierno neoliberal trabajo para garantizar que todas las mujeres nicaragüenses fuéramos escuchadas y respetadas.
En materia jurídica eso se ratifica con el nuevo Código de la Familia, con la ley 779, ley Integral Contra la Violencia hacia la Mujer, la Ley 790 que impulsa el equilibrio de participación de hombres y mujeres en los partidos políticos.
Otra ley que protege a la mujer y la familia es la 648 que garantiza igualdad de derechos y oportunidades, entre otros, instrumentos jurídicos.