Los capitalinos Fabricio Edmundo López Corea, Christopher Santamaría, Angélica Hernández Arteaga y Katherine Guadalupe Osorio Moreno fueron declarados culpables por el asesinato a balazos de Paúl de la Trinidad Hernández Rocha, de 60 años, perpetrado en San Marcos, Carazo, el pasado 24 de abril.
La declaratoria de culpabilidad fue dictada por el doctor Félix Ernesto Salmerón Moreno, Juez Quinto Distrito Penal de Juicio de Managua.
Para Fabricio López Corea, autor directo del asesinato agravado; así como para Angélica Hernández Arteaga y su pareja Christopher Santamaría Hernández, la Fiscalía solicitó 30 años de prisión en calidad de cooperadores necesarios.
Mientras que para Katherine Osorio Moreno, sobrina de la prófuga Verónica Silva, fueron solicitados 20 años de prisión en calidad de cómplice por el mismo delito.
Durante el proceso judicial se destacó que quien planificó el crimen del “sanmarqueño” fue su cónyuge, Verónica María Silva Bravo, quien logró huir del país y está siendo buscada con ayuda de la Interpol.
En la acusación Fabricio Edmundo López Corea, fue señalado como autor directo de los disparos que acabaron con la vida de don Paúl Hernández cuando estaba abriendo el portón de su casa ubicada en la carretera entre San Marcos y Las Cuatro Esquinas.
Katherine Guadalupe Osorio Moreno, de 21 años, fue acusada como cómplice; en tanto Christopher Santamaría y su pareja Angélica Hernández Arteaga, sobrina del asesinado Paúl Hernández, fueron calificados como colaboradores necesarios del delito de parricidio.
Una prueba contundente presentada por la Fiscalía fue el recorrido captado por el GPS de un vehículo rentado por los involucrados en el crimen, el cual el día del hecho registró movimientos en San Marcos, Carazo, y el sector del mercado de Mayoreo, donde habitaban dos de los detenidos.
En este caso se destacó el descaro total de la esposa Verónica Silva, su sobrina Katherine Osorio, y la sobrina de don Paul, Angélica Hernández Arteaga, quienes luego del crimen fueron a la vela y hasta lo lloraron en el entierro.
Se afirma que Verónica María Silva Bravo ofreció cuatro mil dólares por el crimen de su esposo, en la búsqueda por apoderarse de los bienes compartidos, incluida la finca donde habitaban ubicada en San Marcos, Carazo.