La ciudad canadiense de Fort McMurray, en el norte de la provincia de Alberta (oeste), permanece amenazada por incendios «catastróficos» que obligaron a evacuar de urgencia a unas 80.000 personas en un total de 100.000 habitantes.
Los incendios avanzan desde el martes y ya alcanzaron viviendas y parques reservados para las casas rodantes, muy comunes en esta región en la que el empleo depende totalmente de la actividad de las compañías petroleras.
«Es una pérdida en una escala difícil de imaginar para muchos de nosotros», dijo este miércoles el primer ministro Justin Trudeau.
«Las previsiones que tuvimos no solo fueron verificadas, incluso fueron peores de lo que podíamos imaginar», comentó la alcaldesa de la ciudad, Melissa Blake, durante una conferencia de prensa telefónica.