El precandidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Bernie Sanders, intensificó su campaña en Nueva York para arrebatarle a su oponente, Hillary Clinton, el voto latino y afroamericano, una población clave en un Estado con gran diversidad y en el que se jugarán el 19 de abril un gran número de delegados.
El senador por Vermont se dirigió desde El Bronx especialmente a latinos para desplegar su programa en pro de los derechos de los inmigrantes y los estadounidenses con rentas más bajas, y ayer organizó una mesa redonda en el corazón de Harlem para avivar el voto femenino afroamericano.
En el panel estuvo la actriz Rosario Dawson, de la asociación Voto Latino, que ensalzó que el compromiso de Sanders con la reagrupación familiar para los deportados y sus alegatos contra los altos niveles de población carcelaria formada por latinos y afroamericanos por culpa de políticas impulsadas en los años en los que era presidente Bill Clinton.
Recordó el objetivo de Sanders de conseguir sanidad y educación gratuita para todos y lamentó que Hillary Clinton “no sea capaz de soñar tan alto”.
Clinton también empezó a pisar el acelerador en su campaña. Se dirigió a los afroamericanos desde el centenario teatro Apollo, en el barrio de Harlem, para fustigar a sus oponentes republicanos por discursos que buscan crear muros contra la diversidad y dividir a los estadounidenses, pero también para criticar a Sanders.
La precandidata considera que el senador está haciendo promesas que son imposibles de cumplir y que más que hacer propuestas en positivo se dedica a criticar el sistema.
Delineó algunas de las ideas que ha venido proponiendo en su campaña, en esta ocasión enfocadas en los retos que se enfrentan en Nueva York.